Solo dos nombres conocidos nos reciben al ingresar al primer piso de Artespacio. Son los de Maite Izquierdo, inmediatamente ubicable aquí por su tejido con traperos multicolores, y la ganadora del mismo certamen Artespacio Joven BBVA 2015, Ofelia Andrades. Esta, sin duda, aparece con el mejor aporte pictórico en el presente concurso de la galería de Vitacura. Sin embargo, resulta otro nombre la cumbre indiscutible de la actual exhibición, la viñamarina Francisca Garriga. Sus mondadientes perpendiculares al soporte, ya con el color natural de la madera, ya en azul oscuro, definen un estupendo
op art, pleno de movimiento y de sugerencias formales, cambiante de luminosidad según el entorno y la posición del espectador. Nos parece que constituye la obra nacional más bella que se haya mostrado durante este año. Circunstancia peculiar, en general, el fundamento geométrico avala los logros más valiosos de la actual exposición. Así tenemos a Felipe Lavín y su construcción abstracta con un armonioso desarrollo serial de efecto óptico. O las variaciones concéntricas, a partir de delicados pétalos florales y coloración natural, de Violeta Larraín, tienen al cuadrado como básico elemento móvil.
Por su parte, Sebastián Maqueira emplea la rígida corporeidad de fichas de dominó, para desplegar un ritmo juguetón con el detalle de cambiantes puntos negros, de acuerdo a los tres diferentes lados de mira que abre al observador. Pero la abstracción informalista asimismo entrega aquí un fruto muy interesante: en blanco y negro, el díptico de Magdalena Prado, donde el papel desbastado con agua determina ricas texturas y un claroscuro fino. De Serena García, cuelga una linda construcción de muelles volúmenes y cromatismo de grises y azules, elaborados con textiles sedosos. Entretanto, lo más genuino de la escultura está en el trabajo con clavos de cobre de Rodrigo Vargas, cuyo adecuado colorido lo define el efecto o la ausencia del ácido, y cuyo diseño parabólico sabe imponerse en el espacio circundante. Otros quince concurrentes expone Artespacio, seleccionados entre 300 participantes.
También la misma galería presenta al pintor Sebastián Valenzuela. Este nos propone una evolución hacia lo no reconocible, desde una figuración más bien anecdótica con el tema de la realista fiesta flamenca. Y lleva a cabo su desarrollo a través del ornamento, el cual se torna lo más atractivo de estos cuadros sobre madera de 2016. No obstante, precisamente en uno de los dos testimonios presentes de la anterior temática de 2011-2013 hallamos, sutil, una rama de enredadera vegetal; ella pareciera constituir la clave temática de la ornamentación actual, cada vez más excluyente. Por su parte, las dos figuras de hombre y de mujer siguientes, al igual que sus antiguos ciclistas, permanecen por entero estáticas, haciendo recordar el añejo futurismo. Más se mueve en este sector el mago y la mucama de uniforme. Vienen a continuación las obras puramente ornamentales, donde alcanza el autor las más convincentes conquistas plásticas y la coloración más personal. Las realizaciones en papel, entretanto, tienden al mosaico decorativo, aunque tratado con sólido sentido pictórico. Por último, innegable vigor cromático ofrecen las dos maderas más definidamente abstractas.
Sebastián Maze -Galería NAC-, aunque arquitecto por antonomasia, se las arregla para hacer de las escuetas líneas rectas y de los diversos ángulos, que su conjunción determina, intermediarios de una pintura capaz de penetrar ámbitos de sugerencias formales y expresivas. Entre sus
sprays acrílicos sobre madera y tintas sobre papel, todo de 2016, convencen mejor los primeros. De tal manera, el un poco denso "Mundo" saturado ofrece la pesadez de un centro ciudadano encerrado en sí mismo, al que a la vez otorgan movilidad el cromatismo variado y el contrapunto de diagonales. De índole bastante diferente, "Suspensión" remite a un paisaje espacial alrededor de un vigoroso punto de fuga, protagonizado por líneas azul de Prusia en el amarillento tostado del cedro natural y que parecen desear romper el marco que las limita. Pero resulta "Supraestructuras" el cuadro de Maze más atrayente. Se trata de un panorama a la vez aherrojado y de horizonte donde la mirada del espectador hasta alcanza a perderse entre sus rectas doradas. Es una especie de visión de una naturaleza virtual clausurada por el progreso tecnológico, que la fragmenta según la voluntad soberbia del hombre de hoy. Al contemplarla, la sensibilidad del observador tiende a adormecerse ante su promesa de orden y estabilidad. De las tintas y papel recordemos, por más pictórico, el trabajo con blancas rectilíneas sobre fondo rojo apagado.
Concurso Artespacio Joven BBVA 2016
La geometría responsable de los mejores aciertos, con Francisca Garriga a la cabeza
Visible-Invisible
Pinturas de Sebastián Valenzuela que la ornamentación conduce a ámbitos abstractos
Lugar: Galería Artespacio.
Fecha: Hasta el 10 de diciembre.