La opacidad de las verdades y la licuefacción de los valores morales tradicionales se manifiestan nítidamente, de acuerdo a algunas opiniones, en el comportamiento de la generación que sigue a un profundo y radical quiebre histórico. La novela de Christian Stüdemann (Valparaíso, 1975) transforma tales características en dos motivos literarios e identifica dicho grupo histórico con la llamada primera generación posdictadura, a la que pertenece un grupo de privilegiados estudiantes que se preparan para egresar de un exclusivo colegio de Santiago en 1990. Pero a partir de ahí, el verdadero propósito del relato conduce al lector a niveles más trascendentes de sentido.
El argumento de Noche de graduación se desarrolla en dos secuencias temporales. En la primera, que transcurre en 1990, tiene lugar la extraña relación que dos estudiantes de cuarto medio establecen con Claudia, una nueva alumna que se integra al curso rodeada por la aureola de atracción y misterio que le confiere el hecho de llegar de Europa. Mauricio es un adolescente que atrae la admiración de sus compañeras debido a su físico y por ser el capitán del equipo de rugby, pero esconde, sin embargo, un doloroso secreto: es víctima de las violentas palizas de su hermano mayor, un matón recientemente expulsado de la Escuela Naval por mala conducta. Alex, por el contrario, es el inadaptado social que escapa de las burlas y los vejámenes del resto de los colegiales refugiándose en la lectura de los escalofriantes relatos góticos de Howard Phillips Lovecraft. Como personajes, cada uno representa un aspecto distinto de la nueva generación. El futuro para Mauricio es acomodarse a los parámetros económicos establecidos ingresando a la universidad para titularse de Ingeniero Comercial. Alex, por el contrario, se distingue no solo por su físico esmirriado y manera de vestir, sino además por su amarga y ácida crítica social. Quiere ser escritor porque rechaza "seguir al rebaño, o sea, estudiar una carrera lucrativa", y su definición de sí mismo lo convierte en paradigma de la nueva juventud: "Así nací: cansado antes de tiempo, apóstata antes de abrazar una fe, aburrido antes de que empiece la función, maldito con el don de la omnisciencia". Claudia es la versión contemporánea de una larga historia de bellezas satánicas que seduce y envuelve a ambos muchachos en un embrollo de verdades confusas y los encadena a un perverso compromiso que conducirá finalmente hacia la tragedia.
La segunda secuencia tiene lugar en el 2010 y gira en torno al motivo de la venganza. Atenazado por dudas y remordimientos, Mauricio logra reencontrarse con Alex después de años de buscarlo infructuosamente. Sus destinos han sido divergentes. Mauricio es un ejecutivo de un banco y Alex es un escritor fracasado y profesor de lenguaje en el mismo colegio donde estudiaron, pero ambos saben que veinte años atrás fueron víctimas de la retorcida y falsaria personalidad de Claudia. Como forma de represalia, Alex urde un plan de extorsión, pero ¿qué amenaza significa eso en un país donde, según Mauricio "estafas, uso de información privilegiada, evasión de impuestos, eso se tolera y hasta se celebra"?
Noche de graduación es una novela que sorprende al lector por su sólida estructura narrativa, la buena construcción de los personajes y por la eficacia del modo como se desarrollan los acontecimientos de la historia. Es una novela que engaña al lector: comienza como un relato de apariencia ingenua que retrata un sector específico de nuestra sociedad con humor y sarcasmo, pero termina convertida en una novela negra cuyo propósito es demostrar que la maldad encuentra caldo de cultivo en sociedades con valores fracturados. En este sentido, el principal acierto artístico de la novela de Christian Stüdemann ha sido silenciar la voz del narrador para que las palabras de los personajes dibujen directamente frente al lector, con fuerza de convencimiento, los oscuros y tortuosos perfiles del mundo en que se desenvuelven.