Mucha gente sufre mucho. Enfermedades, pobrezas, pérdidas en general, miedo del futuro, cansancio profundo. Cada uno ha estado alguna vez en un pequeño o gran infierno.
Dostoievski dijo: "El hombre como el ser que se acostumbra a todo". No se refiere a la resignación, se refiere más bien a los atributos que nos permiten adaptarnos.
En el caso de dolores prolongados, del alma y del cuerpo, hay mecanismos que ayudan. Por ejemplo, es importante entender que la apatía es también un mecanismo de defensa, una forma de adaptarse a lo que ya no es posible, una etapa que no dura mucho.
La sensación de ser ese "alguien" que nos definió en lo público y en lo privado ha desaparecido. Entonces los recuerdos son una gran ayuda. La gente cree que es al revés, que se agudiza la pérdida si traemos el pasado al presente. No es así. Aferrarse a recuerdos de quienes fuimos será un gran motor para recordar que siempre somos "alguien".
El aprecio de la belleza. Concentrarse en lo bello que vimos y recuperar imágenes de belleza que nos emocionaron o encantaron es otro refugio que ayuda mucho.
Buscar la paz. Lo más difícil de todo. La primavera, los ríos, los silencios, la lluvia, lo que sea que alguna vez nos dio paz, es también posible. Cerrar los ojos y recuperar imágenes.
Por último, desarrollar la curiosidad. La curiosidad es el mejor mecanismo de protección personal. A través de la curiosidad construimos mil mundos, los destruimos, los cambiamos. Hacernos mil preguntas e intentar contestarlas. Porque en el dolor, si la curiosidad se hace cargo de nuestro pensar, aparece la esperanza.
Humildemente puedo aseverar que estos pequeñas oasis ayudan de verdad. No es la voluntad la que nos salva, es el uso de nuestras habilidades, las que tenemos porque somos humanos.
Las ilusiones truncadas, los amores vacíos, la dignidad abatida, la enfermedad y la fragilidad causan mucho dolor. Para minimizar el dolor de tiempos duros hagamos uso de recursos que tenemos, que están con nosotros, que no nos pueden quitar: nuestras habilidades humanas.
"La curiosidad es el mejor mecanismo de protección personal. A través de la curiosidad construimos mil mundos".