Resulta decidor que "Luciérnagas" diera la partida a la novena edición de Famfest, el festival de "teatro familiar" que organiza cada julio el Centro Mori; y que sea además el título con mayor número de funciones (12) en el ya consolidado ciclo. Pues en educación por el arte hay que empezar por el principio en esto de promover la afición hacia las expresiones escénicas creando el hábito de apreciarlas. Y este pequeño y bonito espectáculo es uno de los dos programados por Famfest dirigidos a la primera infancia, receptores desde los 0 a los 5 o 6 años de edad.
Al menos tres grupos se han dedicado aquí en los últimos años a cultivar con resultados de calidad esta tendencia tan necesaria y no tan nueva ya que surgió en las plazas teatrales más desarrolladas hará dos décadas. Pero este es el primer proyecto local que se aboca a estimular específicamente la apreciación de la danza, en particular la danza clásica o ballet (cuyo entrenamiento, por el exigente control corporal que implica, debe iniciarse a temprana edad).
En un ambiente cálido y acogedor una pareja de jóvenes bailarines con sólida formación en técnica académica evolucionan emulando -se explica al comienzo- a las luciérnagas que en su vuelo nocturno se "encienden" bailando durante el cortejo amoroso. Linda metáfora. Es, como requiere la modalidad, una propuesta de recursos simples pero capaces de generar una motivadora atmósfera de delicada magia. La coreografía se apoya en cortinas traslúcidas, telas, pequeñas esferas luminosas, a veces un gran globo o un móvil; sobre todo, en preciosas y coloridas proyecciones digitales sobre el piso con las que los ejecutantes interactúan ( mapping ). Porque se trata básicamente de un acto intensivo y siempre cambiante de estimulación sensorial, se plantea también como un juego que en algunos pasajes invita a los pequeños a participar.
Aquí debuta como director el actor Francisco Medina, quien haciendo la producción el año pasado de la excelente "Melodías en el aire" por el grupo Aranwa, se interiorizó en el teatro para bebés. Factores claves del resultado son la coreografía (Carla Castro) y la estupenda música de Cuti Aste, que provee variados climas sonoros. A medida que avanza la entrega tiende a perder algo del impulso y cambiante energía mostrados al comienzo. Pero prueba irrefutable del hechizo que despierta es que hasta los más pequeños siguen embobados la acción y los más crecidos apoyan con las palmas los tramos más rítmicos. Dura solo media hora, el lapso en que un infante puede concentrar su atención, no obstante después sigue otro momento interactivo en que los niños pueden acceder al escenario, jugar con las proyecciones e imitar los movimientos que disfrutaron.
Hasta el 31 de julio. GAM, de miércoles a domingo, 12:00 horas (excepto miércoles 27, jueves 28 y viernes 29). Sala N2 Edificio B, piso 2. $ 5.000 general; $ 4.000 tercera edad; $ 3.000 estudiantes y niños mayores de 3 años, y $ 2.000 niños de 0 a 3 años.