En el año del cuarto centenario de la muerte de William Shakespeare, es un placer poder apreciar aquí el trabajo de Vagalum Tum Tum, uno de los más premiados conjuntos brasileños de teatro infantil, experto justamente en adaptaciones para niños de obras del Cisne de Avon, todas tragedias. Dentro del 9° Famfest, el admirable grupo paulista presenta hasta hoy "Othelito", su jocosa e irresistible versión de "Otelo", primera propuesta suya en esta línea que ofrece desde 2007 -con igual éxito, después abordó "Hamlet", "El rey Lear" y "Macbeth", la más reciente.
En un loable esfuerzo por incentivar la valoración de la obra shakesperiana entre menores y preadolescentes, sin olvidarse de entretener a sus acompañantes adultos, vierte en una hora y muy libremente la historia del Moro de Venecia en un relato muy físico que entrelaza el estilo clown con la Commedia del'Arte, en boga en la Inglaterra isabelina. Solo cuatro histriones bufos muy bien dotados -dos actores y dos actrices- derrochan una energía imparable animando los personajes arquetípicos de la vertiginosa trama.
Festiva, risueña y a veces desopilante por sus juegos payasescos, mímica desbordada e ingeniosos 'gags' (chistes visuales), esta es, claro está, una adaptación para niños. Así que Otelo es un militar bravucón y medio cobarde (parecido al Capitano de la Commedia del'Arte) y los celos amorosos son un móvil secundario. Acá, Desdémona no muere y Yago ni siquiera es castigado. Pero deja en claro la agudeza y penetración de la intriga de egolatría, ambiciones, envidias y venganza que Shakespeare ideó para retratar las debilidades humanas. En vez de tragedia, hay un mensaje de esperanza y generosidad, y como nace en Brasil, a veces la escena se llena de samba.
En su primera gira al extranjero, el elenco hace un esfuerzo especial por hacer sus diálogos en castellano. La verdad, no más de la mitad de su "portuñol" se entiende. Pero no importa, porque lo que más atrae de la entrega es el impresionante "tour de force" gestual de los ejecutantes, y su arrebatador despliegue de vitalidad. Una de las actrices hace dos roles masculinos; uno con máscara, notable. En tanto, los actores, que esperan siempre a la vista para entrar en escena, apoyan el relato haciendo los ruidos ambientales y efectos de sonido, generando la música incidental o participando también como activos espectadores. Solo dos simples cortinas blancas con dibujos en negro bastan para sugerir los lugares de acción: Venecia y Chipre.
Las últimas funciones de "Othelito" serán mañana, en el Teatro Universidad Católica, a las 16:00 y 18:00 horas.