Comienza la primavera en Europa y, con ello, el turismo, la esperanza a la que se aferran los deprimidos países de la Comunidad Europea. Sin embargo, la grave crisis migratoria que asuela a ese continente, ha afectado el fundamental ingreso. A Grecia, por ejemplo, llegaron el año pasado más de 900 mil personas procedentes de Siria, Irak, y Afganistán, pidiendo asilo a la Comunidad Europea. Y aunque se haya firmado un estricto acuerdo con Turquía para detener el paso de emigrantes, Grecia sigue siendo la puerta de entrada para muchos de ellos.

Y sus preciosas islas, con casitas blancas y caletas de aguas verdes, se han visto invadidas por ese mar humano que exuda desamparo. En el puerto del Pireo, un importante atractivo turístico, a pocos kilómetros de Atenas, se esconden precarios campamentos de refugiados. En los aeropuertos, la policía revisa los pasaportes a los "sospechosos" que rápidamente son apartados, ante la conmoción de los turistas que se percatan de lo ocurrido... Es difícil obviar la tragedia humanitaria de esta región del mundo.

Pero, como todo en la vida, la tragedia convive con la cotidianidad y hay que seguir. Y Grecia necesita imperiosamente del turismo. Ya sea marítimo, con los miles de cruceros que recorren el mar Egeo o quienes se desplazan desde su capital, Atenas. Y la gastronomía es parte fundamental del turismo. La dieta mediterránea se impone. Muchas verduras, pescados, quesos, unas frutas dulces y deliciosas y el famoso yogurt que aquí se come con la exquisita miel del país. Ah! Y pulpo.

Una nación de navegantes y pastores -con una cultura milenaria- no se distingue especialmente por lo refinado de su cocina, como señalan todos los expertos. Aquí hay que inclinarse por los productos. Desilusiona un poco, todo sea dicho, y las famosas tabernas ofrecen una comida sencilla que acompañan con mucha cerveza. ¿Los vinos? Nada memorable. Seguramente hay producciones Premium pero no aparecen en las cartas.

Las panaderías son el gran descubrimiento. Por toda Atenas y Grecia, llenas de panes de todo tipo y con productos dulces. Aunque el sésamo cubra gran parte de la producción.