El miedo viene con nosotros, está en el cuerpo, nos protege.
El miedo nos hace compasivos con otros, cuidándolos de experiencias que conocemos y sabemos dolorosas. Sabemos muy luego en la vida que el miedo es ineludible y deberíamos también saber que está bien que así sea.
Los miedos son necesarios, pero también pueden ser patológicos. Las fobias, por ejemplo, vienen de que grabamos con tal fuerza una experiencia vivida o un estímulo que su sola aparición -o la anticipación de su aparición- nos paraliza.
Si una abeja nos picó en la infancia y fue traumático, puedo desarrollar una fobia a las abejas o al campo, donde puede haber abejas, o al ruido, o incluso a un dibujo.
Las fobias son paralizantes al punto que requieren tratamiento y cada vez hay mejores. Hay, además, algunas personas que son más propensas que otras a hacer fobias.
Están también los miedos psicológicos que se instalan en el inconsciente y que son origen de muchos problemas relacionales. Por ejemplo, un hombre que reacciona con hostilidad al exceso de amor, o que mientras más quiere a su mujer, peor la trata, puede estar determinado por una madre cariñosa, pero abandonadora e inestable, que lo dejó "asustado" del amor.
Los vínculos primarios inestables producen muchas reacciones que en los adultos se manifiestan como miedos irracionales. O peor aún, ni siquiera se asocian al miedo, sino a la rabia o al rechazo.
El sentimiento opuesto al miedo es la confianza. Si me picó una abeja que me hizo sufrir mucho de dolor y de hinchazón, lo normal es tenerles miedo a las abejas. protegerse de ellas, cuidarse de que no se acerquen mucho. La protección de aquello que nos atemoriza es lo normal y necesario. Es ahí donde distinguimos entre el miedo normal y la fobia. Pero la confianza es el sentimiento que nos hace enfrentar la vida con ganas de aprender de lo nuevo. Las personas que anteponen el miedo a la curiosidad, viven restringidamente la vida. Que las abejas pican y duelen, que las madres son a veces insoportables, no amerita que me pierda tanta experiencia vital que me hará crecer y ser más versátil e inteligente e interesante.
Necesitamos más confianza, para que la vida se ponga más bella.