Muy acertada es la definición estratégica de la Presidenta Bachelet y el Ejecutivo, en cuanto a consolidar las profundas reformas estructurales que se han llevado a cabo en la primera etapa del Gobierno y definir el segundo período con el objetivo de culminar este proceso en sus diversos grados de avance. Además, resulta positivo el respaldo de los partidos de la Nueva Mayoría a esta definición estratégica, lo mismo que la resolución de las dudas sobre esta definición planteada por algunos partidos y respondida por el comité político.
Ahora veamos de qué se trata esta definición en sus aspectos específicos. Por ejemplo, la reforma tributaria es una obra terminada que cumplió con sus dos objetivos centrales: una recaudación equivalente a 3 puntos del PIB; es decir, alrededor de 8 mil millones de dólares en régimen, y por otra parte el objetivo de una recaudación progresiva. O sea, "que paguen más los que tienen más". Este último refrendado por el informe del Banco Mundial que estableció que el 93% de la recaudación de esta reforma lo aporta el 1% de personas de mayores ingresos en Chile. En esta materia, las "terminaciones" consistirían en el mayor despliegue fiscalizador del Servicio de Impuestos Internos para combatir la elusión y la evasión.
Otra obra terminada es la reforma al sistema electoral. A partir de la elección parlamentaria del 2017, veremos materializarse el nuevo sistema electoral, singularizado por su proporcionalidad y representatividad, rompiendo el sistema anterior, que subsidiaba a la minoría electoral. Otra obra por concluir es la reforma laboral en su fase final. Considerando que esta ley entra en vigencia siete meses después de su promulgación, las "terminaciones" en esta materia debieran partir por la información en detalle por parte del Gobierno, a los trabajadores chilenos de las nuevas condiciones de mayor equilibrio en su relación con el mundo empresarial, así como el fortalecimiento de la Dirección del Trabajo para enfrentar esta nueva etapa.
En materia de la reforma educacional, hay mucha "obra gruesa", pero faltan "terminaciones". A saber: en materia de educación preescolar, las "terminaciones" consistirán en cumplir la infraestructura comprometida, es decir, 4.500 nuevas salas cuna y 1.200 nuevos jardines infantiles, que permitirán ampliar la cobertura en este segmento para más de 120 mil nuevos cupos, así como en paralelo, desarrollar el sistema institucional que acompaña este proceso.
Con respecto a la Ley de Inclusión, es decir, el fin del lucro, del copago y de la selección, esta es otra obra finalizada, pero sus "terminaciones" tienen que ver con la ampliación de la cobertura al fin del copago, recordando que nuestro compromiso al 2018 es que el 93% de los padres y apoderados que aún cancelan por efecto del copago concluyan con su aporte. En referencia al nuevo sistema de educación pública, la "obra gruesa" todavía no se inicia, y esperamos que el proyecto de ley en esta materia, en este segundo tiempo, comience a ser tramitado y se establezca el horizonte de tiempo para crear los nuevos 67 servicios de educación descentralizada. Si vamos a la carrera docente, esta es otra obra terminada, y sus "terminaciones" consisten en su aplicación gradual tal como lo estipula la ley. Finalmente en esta área, en materia de educación superior, es una obra inconclusa, en la que debiéramos procurar el despacho durante este año de la ley de educación superior y el aumento de la cobertura para nuevos estudiantes con gratuidad para el 2017, ampliando el espacio para los centros de formación técnica e institutos profesionales.
En materia constitucional, la obra recién se inicia durante este mes, y sus "terminaciones" radican en desplegar los cabildos por todo el país, para hacer irreversible el proceso constituyente.
Quedan pendientes tres obras estructurales, que -en mi opinión- debiéramos avanzar muy gradualmente en esta segunda etapa. A saber: en materia de descentralización, debiéramos avanzar en la elección de los intendentes por la ciudadanía, haciendo coincidir con la elección presidencial y parlamentaria de 2017, y, paralelamente, generar los cambios institucionales para que este nuevo representante de la voluntad popular tenga las facultades y atribuciones consistentes con este nuevo diseño. En materia de salud, tendríamos que avanzar durante esta etapa tanto la nueva ley de isapres como el fortalecimiento de la infraestructura en hospitales, consultorios y centros de salud familiar. Finalmente, en materia previsional también debiéramos avanzar en dos dimensiones, creando la AFP estatal y viendo la posibilidad de aumentar del 60 al 80% más pobre la pensión básica solidaria. En otras palabras y en estos temas, la reforma profunda del sistema de salud y previsional quedarían como tareas ineludibles para el programa del próximo gobierno.
La Presidenta Bachelet, con talento político, ha decidido, por una parte, consolidar lo avanzado y, por otra, proyectar a nuestra coalición hacia el próximo período; garantía indispensable para continuar el proceso de reformas que hagan de nuestro país más justo y más decente.
Francisco Vidal