Cuando el otoño se acerca de manera irremediable, Santiago cambia y es un placer disfrutar de los nuevos colores que tiñen parques y plazas. Ante eso, un lugar ideal para mirar el otoño es el Castillo del Parque Forestal, el restorán francés que se instaló ya hace un tiempo frente al Museo de Bellas Artes, en lo que fuera el antiguo recinto de administración del parque. Sentarse en sus mesas del primer piso o la terraza es como estar en mitad de la arboleda. Atienden desde el desayuno, y en las tardes es posible tomarse unas copas con un picoteo. Buena atención y una carta de vinos por viñas, cócteles y espumantes más que apropiada.
Para comenzar, una tabla de quesos, con frutas, almendras y quínoa. Un tamaño pequeño, pero ideal para compartir, con minitostadas. El pocillo con mermelada resultó un complemento perfecto.
Luego un tártaro de filete picado a mano, con ensalada verde, correcto; y unas estupendas papas fritas caseras. Las mollejas confitadas con arrope de chañar y champiñones resultaron toda una sorpresa. Deliciosas y muy bien logradas. Era una entrada, pero se pidió como plato de fondo y fueron un acierto. Crujientes, revueltas con champiñones, y ese dulzor suave y color oscuro del chañar, deliciosas.
Sin embargo, como es un restorán francés, se echa de menos un pan más elaborado. Quizá una muestra de dos o tres tipos, o un trozo de una buena
baguette. Todo el ambiente es informal y nada complicado, por lo que se puede ir con niños tranquilamente.
Para terminar el almuerzo, nada mejor que caminar dos cuadras y llegar hasta el Emporio La Rosa, en la esquina de Merced y pedirse una paleta de chocolate con relleno a lección. Hay que disfrutarlas, mordisco a mordisco, mientras se pasea viendo los señoriales portales de los edificios que rodean el parque. Un paseo estupendo.
EL CASTILLO DEL PARQUE FORESTALDirección: Cardenal J.M. Caro 39, frente al Museo de Bellas Artes
Reservas: 22664 1544
Precio por pareja: $30.000
Abierto desde el desayuno