Es esa clase de película que nunca entrará en la cartelera de un cine-arte. Tampoco la incluirán en la programación de festival alguno y es a lo menos altamente improbable que gane algún premio (bueno sí, le dieron uno, pero de verdad que no vale la pena mencionarlo).
Que la tradujeran como "Volando alto" tampoco ayuda: en Chile, la frase "vuela alto" se usó tanto en Twitter (originalmente para homenajear a alguien que murió) que el lugar común derivó en chiste.
Y claro, no es tan difícil imaginar de qué va "Eddie the eagle" (título original): la perseverancia todo lo puede. O sea, otra película de autosuperación, una plaga solo superada (valga la redundancia) por la literatura de autoayuda (con el perdón de los que aman esa sección en las librerías).
Pero la manera en que el director y los guionistas ficcionaron, a nivel cotidiano, la historia, real, de Eddie Edwards -un chico inglés de familia obrera que terminó siendo la estrella de los Juegos Olímpicos de Calgary, Canadá, en 1988, literalmente con las puras ganas- dio por resultado una comedia dramática deliciosa, divertida (en el mejor sentido de la palabra) y sí, altamente inspiradora. Admitamos que una película bien intencionada, mal no nos hace, sobre todo si está construida con ingenio y sentido del ritmo.
Y cuando los actores tienen en sus manos un guión que les hace sentido, se lucen: es lo que ocurre con Taron Egerton (probablemente escogido por su increíble parecido con Eddie), con Hugh Jackman (volviendo a la Tierra tras "Wolverine") y hasta con los secundarios (incluidos los breves momentos en que aparecen Jim Broadbent y Christopher Walken).
En 1973 Eddie era un niño de anteojos y con un soporte ortopédico en una de sus piernas para subsanar su debilidad en la rodillas. Nada que le impidiera soñar con participar en las Olimpíadas. Los costalazos que se da en el patio de la casa una y otra vez "entrenando" solo consiguen que cambie de idea... respecto al deporte elegido: decide esquiar. Con lo porfiado que es, consigue mucho, pero no lo suficiente como para que el comité británico de los JJ.OO. lo tome en serio. Pero a Eddie, como a Papelucho, se le ocurren las cosas de la manera menos pensada: ya que no puede competir como esquiador, lo hará en... salto de esquí.
Parte a Alemania, donde conocerá a Bronson Peary (Jackman), un ex campeón dedicado a barrer la nieve en las canchas profesionales y al alcohol. El encuentro entre este cándido
nerd tesonero y el cínico autodestructivo que viene de vuelta de todo -esa contradicción clásica cuyo paradigma son el Quijote y Sancho- terminan de armar esta historia.
La opción de los realizadores de tomar un atajo que alejase la película de la telenovela lacrimógena o del reportaje dramático sazonado de dolor es lo que la hace tan singular e inesperada. Porque está construida de diálogos, escenas y situaciones que si no están rozando el humor, siempre nos brindan un detalle sorprendente, en lo más nimio, sacudiendo toda solemnidad posible (hay un gracioso y muy sutilmente irónico guiño a "Billy Elliot").
Este modo se desliza en el día a día, en conversaciones perfectamente acotadas y sobrias (en el paradero, en los desayunos, en la cancha). No hay grandes parrafadas y salvo la cita a la frase del fundador de los Juegos Olímpicos, Pierre de Coubertin (aquello de que lo que importa no es ganar sino participar; no el éxito, sino esforzarse por conseguirlo), nos evitan lo que ya sabemos.
En cambio, el director (también actor y guionista) Dexter Fletcher nos inunda de sensaciones con unas muy buenas y vibrantes imágenes de real vértigo, al usar la cámara subjetiva desde los
slaloms de 40, 70 y 90 m.
Todo aquello se ensambla en una historia humana, encantadoramente relatada, que más que darnos lecciones nos invita a compartir con dos arquetipos de antihéroes, bastante corrientes al final de cuentas (
losers, dirían en una película de Hollywood), y sentirlos queribles y cercanos.
Muy entretenida.
(En cartelera).
¿Aún no ve "Fuerza Mayor" y se dice cinéfilo? ¡Vaya! Es la mejor película actualmente en cartelera (seguida por "Mustang").