La premisa es simple. Horace and Pete's es un bar de Brooklyn, que ha funcionado continuamente desde 1916. Siempre ha habido un Horace y un Pete a cargo, pero la nueva generación -una verdadera pareja dispareja- no parece estar a la altura de los tiempos. El peso de un siglo a cuestas no es algo que se sobrelleve con facilidad, menos en estos veloces días de tuits, posteos, streaming , emojis,
hashtags y decenas de pantallas con las que un negocio hecho a la antigua no puede pretender ponerse al día. ¿Vale la pena aferrarnos a un espacio que no cambia y que, con seguridad, no cambiará en medio de este marasmo que se transforma y muta bajo nuestros pies? En el fondo, ¿qué se hace con la tradición, con el mundo que nos heredan nuestros padres? ¿Es algo que debe mantenerse a toda costa, o que se acomoda según soplan los vientos? Habría que consultarles directamente a los clientes...
Tal vez por eso el comediante Louis C.K. hizo debutar su nueva obra directamente en su sitio web, www.louisck.net, desde el 30 de enero pasado, cada sábado ha aparecido un nuevo capítulo que puede descargarse previo pago de 3 dólares en promedio. Trato directo con el espectador, sin tener que negociar con estudios, canales, agencias publicitarias o exhibidores, ni entramparse tratando de vender algo que no es exactamente cine o televisión, sino una teatral y notable amalgama de ambos; un relato filmado a cuatro cámaras que va desplegándose sin restricciones de tiempo (los episodios no tienen una duración fija) o de extensión (por el momento, no tiene fecha de término), con su creador escribiendo, dirigiendo y actuando junto a un extraordinario elenco integrado por Steve Buscemi, Alan Alda, Edie Falco, Jessica Lange, Steven Wright y Tom Noonan, entre otros. Todos circulando en torno a un puñado de sets, pero casi siempre en torno al amplio bar; un lugar oscuro y poco amigable, con amoblado tan desgastado y antiguo como algunos de los parroquianos, que siguen viniendo fieles semana a semana, año tras año, sin preocuparse de la ruda atención o los diluidos tragos. Louis C.K. ha sido enfático: su producción utiliza el mismo punto de partida que la celebrada
sitcom "Cheers", pero quitándole todo el barniz y las convenciones que solía imponer el formato de la TV abierta. Si aquel clásico de la comedia televisiva celebraba las bondades de la amistad y la compañía de ese lugar "donde todos te conocen por el nombre", "Horace and Pete" se sirve de esa estructura para ofrecer en cambio un intenso y preciso compendio de angustia, inseguridad y soledad, de instantes de vacilación y duda, de errores que se lamentan apenas cometidos; emociones y momentos de vida adulta que al ser traspasados a la pantalla, en general, suelen pasar antes por un filtro de optimismo y autoafirmación que acá está deliberadamente ausente.
Más de alguien ha sugerido que en el futuro este será recordado como el momento en que Louis C.K. dio el esperado salto de la comedia hacia el drama, tal como su admirado Woody Allen hizo una vez al arriesgarse y filmar "Interiores" (1978); por ahora, basta con ir observándola dentro de sus propios términos, viendo cómo el antiguo modelo de TV (la tradición) se amalgama con el de esta era digital, de la misma forma en que estas vidas ficticias se entremezclan en una obra en progreso que derriba esquemas en cada extraordinaria entrega, pero que, sin embargo, va sintiéndose más y más familiar, hasta volverse casi habitual. Como quien se da una vuelta por el bar para ordenar lo de siempre y de pronto, sentado en la barra, siente el tiempo pasar.
Horace and Pete
Escrita y dirigida por Louis C.K.
Con Louis C.K. y Steve Buscemi.
Estados Unidos, 2016.
Disponible en www.louisck.net