El pasado anda rondando todo el tiempo. La mayoría de las veces a escondidas de nuestra propia conciencia. Con los traumas resulta más evidente cuando el pasado acecha y determina nuestros miedos, sentires y acciones. Pero con la vida cotidiana que determinó tanto de lo que somos, es menos claro.
Por ejemplo, los roles que jugamos en la vida están muy determinados por el rol que cumplimos en la familia de origen. En todos los grupos humanos hay una/o que es la buena, otra/o que es la conflictiva, otra/o que es la inteligente y pesada, otra que es la regalona, otra/o que es la protectora. La vida luego va cambiando las circunstancias de las vidas personales, y resulta absurdo observar que la buena/o lo sigue siendo a pesar de que es la más pobre, la más enferma, la más necesitada. Uno diría que el presente impone un cambio que, sin embargo, no sucede.
Lo importante de saber esto es asumir que las expectativas de rol en los grupos humanos estables, sobretodo en la familia, van a permanecer a pesar de las circunstancias. Y que las crisis que parecen inmotivadas no lo son. Aparecen cuando el rol histórico y el actual no se condicen y la persona siente la injusticia de lo que pasa hoy y no la comprende y no la acepta.
Por ejemplo, en un matrimonio, ella ha hipotecado mucho de su ser por él, ha sido el pilar de la familia y ha desarrollado por tanto una personalidad de cuidadora universal. Él la abandona por otra. Ella es la culpable porque no fue seductora. ¡Cómo si hubiera habido espacio para eso!
Un hermano ha estado a cargo de proteger a su familia de origen la vida entera. Él es el que consuela, apoya, da trabajo, acoge a todos en tiempos duros. Se deprime. No da más. ¡Le quedó chico el corazón generoso y empático para tantos años de servicio! La reacción de la familia no es cuidarlo y reemplazarlo, es impacientarse porque se queja y falla.
Parece injusto, pero quien vive la experiencia no puede saltarse el pasado. No es trivial romper una dinámica histórica. Esa mujer y ese hombre que hemos puesto como ejemplo solo pueden resolverlo si entienden por qué existe este abandono tan brutal cuando el bueno no quiere o no puede seguir siéndolo. Es una oportunidad de cambio, pero requiere considerar la historia. ya