¿Nunca le ha ocurrido a usted que una comida en un buen restorán se ve arruinada por niveles de ruido intolerables, o por una música de fondo que es más bien de frente, impidiendo la conversación relajada y amena? En Chile son escasos los locales que incorporan en su diseño el control del ruido ambiente y, sin embargo, junto con iluminación y climatización, este es un factor fundamental en la experiencia del comensal.
Un restorán puede ser un lugar naturalmente ruidoso: a la conversación del público se suma el choque de cubiertos y platos, voces de meseros, ruidos de la calle, incluso del bar o la cocina; todo esto con frecuencia agravado por alguna penosa música de fondo. Es un problema la mayoría de las veces ignorado por los empresarios gastronómicos, y son los propios arquitectos los que deben ofrecer estas soluciones, que normalmente no encarecen el proyecto, sino que dependen de la elección de materiales y formas de revestimientos en muros, pisos y cielos, así como del tipo de mobiliario y accesorios. Se trata, como regla general, de evitar grandes superficies lisas que reflejen el sonido, usando elementos y revestimientos absorbentes acústicos. El mobiliario también colabora en el acondicionamiento acústico de un local: influyen el tapiz de las sillas, o el peso y largo de los manteles. Hace poco descubrimos en un prestigioso restorán de Santiago un detalle inteligente: ¡han acolchado debajo de las cubiertas de las mesas! De ahora en adelante, si observa con atención, podrá usted identificar cuáles son los elementos de diseño que los buenos restoranes incluyen para mitigar el ruido.
Dependiendo de su carácter y tamaño, diferentes tipos de locales admiten diferentes volúmenes de ruido y música. Esta última, sin embargo, debe ser siempre un complemento a la atmósfera del local, y no un obstáculo a la conversación. Para distribuir el sonido de la música en cualquier ambiente grande, se necesita un sistema de pequeños parlantes repartidos por todo el local, de manera que la música se escuche en todas partes a un nivel moderado. Es importante capacitar al personal para que esté siempre atento al tipo y volumen de música que se escucha; deben evitarse estridencias desagradables.
La arquitectura es una disciplina de múltiples dimensiones; el bienestar anímico es una de ellas. En esto, el control de la luz y del sonido son factores fundamentales. Es así que se debe incorporar siempre a especialistas en iluminación y acústica; el resultado será evidente y se ahorrarán gastos imprevistos. Buenos proyectos de especialistas pueden hacer milagros en un descampado.