En el espacio de nuestra literatura actual existe un grupo de narradores cuyas edades giran en torno a los treinta años o que se ubican a medio camino de la cuarentena. José Ortega y Gasset, en la teoría sobre las generaciones históricas que desarrolló hace ya casi un siglo, los habría llamado miembros de una polémica generación en gestación: un grupo de intelectuales jóvenes que comienzan con denuedo a imponer sus preferencias literarias sobre las sensibilidades históricas dominantes de las generaciones anteriores. Son escritores agresivos en sus declaraciones, en sus manifiestos y en su hacer literario porque quieren captar la atención de un público acostumbrado a mirar en otras direcciones. Simón Soto (Santiago, 1981), autor del libro de relatos Cielo negro , publicado en 2011, y ahora de La pesadilla del mundo , pertenece, sin duda, a este grupo emergente y pendenciero.

Las imágenes alternativas de la realidad que ofrecía Cielo negro llamaron la atención de los críticos, quienes también destacaron la indudable pericia de narrador comprobada por Simón Soto. Ambas características se mantienen en La pesadilla del mundo . Los siete relatos del volumen poseen ritmo y agilidad narrativa y su oscura visión de la realidad se sostiene sobre un repertorio de motivos que justifican el título del volumen, sacando a luz imágenes inversas y hasta pesadillescas que destruyen la inalterabilidad y la calma cotidianas. En todos ellos Simón Soto utiliza narradores interiores cuya voz puede trasmitir la conciencia atormentada del personaje central, como sucede en el cuento "Madre", o cuya participación en los acontecimientos otorga verosimilitud a las tenebrosas, alucinadas o violentas situaciones que comunican con frecuencia los relatos. El diálogo textual con otras formas de discursos narrativos juega parte importante en la configuración de las imágenes alternativas que presentan los cuentos de Simón Soto. La de la madre en el relato homónimo, dándole de mamar a su hijo adulto -exitoso autor de telenovelas- porque según ella "el talento no era algo innato ni aprendido. El talento se traspasaba a través de ese néctar sagrado que fluían (sic) de sus pechos" es una reformulación de imágenes utilizadas por Federico Andahazi en Las piadosas o, incluso, por Stephen King en alguno de sus cuentos. El interés que demuestra Simón Soto por las alternativas que nacen de la reescritura de textos anteriores se manifiesta de manera sobresaliente en el relato que da título al volumen. Durante los primeros años de la dictadura militar, un ex capitán de ejército que se ha retirado a vivir en un pueblo del norte de Chile recibe la orden de partir a la zona de Magallanes para asesinar a otro ex oficial que ha enloquecido. La lectura revela muy pronto que nos enfrentamos a un texto verbal que reescribe cuidadosamente y con precisión casi homóloga la historia de Apocalypse Now, la película dirigida por Francis Ford Coppola que constituye, a su vez, la reelaboración gráfica de un texto verbal anterior: El corazón de las tinieblas , la novela de Joseph Conrad. La inspiración literaria, pareciera decirnos el autor, es una mirada hacia los textos del pasado para encontrar nuevas propuestas imaginarias (si es así, tiene, por supuesto, toda la razón). Pero las imágenes que Simón Soto trae consigo no son amables ni optimistas. Constituyen, por el contrario, la cara oscura y a veces monstruosa de la fe y las creencias que nos legó la modernidad.

Simón Soto crea con soltura y agilidad voces que acaparan la atención del lector y lo mantienen sujeto a las páginas de su libro por largo rato. Con la excepción de "Matar a los niños", el más breve de los cuentos y a la vez el menos convincente debido al excesivo maniqueísmo de su argumento, La pesadilla del mundo cumple su propósito de entretenernos y sobresaltarnos, presentando los rincones más oscuros y tenebrosos de nuestra condición contemporánea. Historias provocadoras bien narradas es lo que ofrece este volumen.