De acuerdo. La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood no es el canon de lo que es el arte del cine. Pero salvo desaguisados como "The Artist", hay que admitir que en general el Oscar ha tenido más aciertos que desatinos, e incluso ha premiado películas no tan fáciles de apreciar como la excepcional "12 años de esclavitud".
Lo que no ocurre tan a menudo es que una acapare 12 nominaciones, incluidas las más relevantes: Mejor Película, Director, Actor, Actor de Reparto (prácticamente no hay mujeres, si no, también sumaría Mejor Actriz). Y que sea del realizador que ganó el año recién pasado.
"Revenant: el renacido" (basada en la novela de Michael Punke) confirma que Alejandro González Iñárritu es el nuevo niño mimado de Hollywood, recién bendecido el 2015 con las estatuillas doradas por su efectista y parafernálica "Birdman".
Si bien las historias y los escenarios de una y otra están en las antípodas -el backstage de un teatro de Nueva York incluido el ego de los actores, en el caso de "Birdman"; la naturaleza inhóspita y salvaje en esta-, la grandilocuencia de González Iñárritu sí que es la misma. No hay nada sutil ni mucho espacio para dobles lecturas en este largometraje. Sí muchas historias sobre las dificultades para filmarla, las renuncias de personal por las duras condiciones (hasta 25 grados bajo cero) y datos impactantes como que Leonardo DiCaprio sí comió carne cruda de bisonte (de verdad, no de "utilería").
Aquí el que en justicia debería llevarse todos los premios es Emmanuel Lubezki, director de fotografía, que hizo un trabajo magistral con la hostil y difícil protagonista de la película: la naturaleza. Las 2 horas y 36 minutos de "The Revenant" transcurren en el exterior (casi sin excepción), siempre nevado, donde en ciertas locaciones se contaba con apenas 90 minutos de luz natural para filmar.
Como "Los 8 más odiados", esta también se inscribe entre aquellas historias sobre la fundación de una nación, que se aleja de los westerns clásicos y donde la carnicería es despiadada (hasta ahí las similitudes).
Hugh Glass (DiCaprio) y su grupo, incluido su hijo mestizo, son violentamente atacados por los indios Anikaras. Es la zona de la frontera Canadá-EE.UU., por donde circulan distintas tribus, ex soldados franceses, francocanadienses o estadounidenses, en parajes helados, cruzados por ríos, bosques y montañas. Luego que logran escapar, Glass es sorprendido por un oso que lo deja muy malherido.
Glass fue un cazador y comerciante en pieles que existió a comienzos del siglo XIX y sobre el que se han tejido diversas leyendas. La película es otra más.
Lo que sigue es la traición de Fitzgerald (Tom Hardy) y la larga y angustiosa travesía del protagonista por los paisajes más inhóspitos imaginables. Una historia de supervivencia y resiliencia, de lucha del hombre contra la naturaleza aún no domada, que en algún momento se convierte en el relato de una venganza. Y lo que pintaba como el complejo retrato de lo que debió ser la lucha por el territorio -donde nadie ni nada resulta muy confiable- se torna de pronto en una película de buenos y malos, con mensaje incluido.
Tom Hardy, un actor con oficio, versátil, camaleónico, aun así logra construir un personaje (véalo en "Locke").
¿Y DiCaprio? Leo es un buen chico: sigue las instrucciones del director, sufre, se congela en aguas recién derretidas, se arrastra, lanza bufidos y también sueña con su linda y perdida vida familiar.
¿Será el momento de que el Oscar deje de serle tan injustamente esquivo? Solo Eddie Redmayne ("Una chica danesa") podría salirle al paso. Porque los dos mejores actores de película de habla inglesa 2015 -Benicio del Toro ("Sicario") y Oscar Isaac ("Ex Machina")- no están nominados.
"The Revenant: el renacido" -con todas las advertencias ya hechas- es de esas películas que hay que ir a ver. No solo por sus 12 nominaciones sino porque es esa clase de producciones que provocan desde adhesiones apasionadas a rechazos decididos, pasando por reparos moderados o puntuales.
Es decir, hay tema para discutir.
Eso sí, las imágenes de Lubezki son majestuosas.
(En cartelera).