Gabriela Hernández está de vuelta. Luego del éxito de "Lita", la abuela arribista que interpretó el año pasado en "Pituca sin lucas", la actriz reapareció como una mapuche en la nueva historia de Mega, "Pobre gallo". Los más de 30 puntos que marcó la producción en su primer capítulo tienen a Hernández nuevamente instalada en el programa más exitoso de la televisión. Ella, en todo caso, no olvida sus orígenes, cuando, lejos de las cámaras, y después de trabajar en muchas obras de teatro menores, tuvo la oportunidad de hacer a la Carmela de "La pérgola de las flores". "Fue la mayor bendición que podía tener en mi carrera. Yo no había salido hace tanto de la Universidad de Chile; entonces, me cambió completamente la vida con tantas presentaciones y giras. La Lucy Salgado, que había hecho antes el papel, me molestaba y me decía que ella cantaba mucho mejor que yo", recuerda.
A mediados de los sesenta, Hernández se fue a vivir a España. Tuvo también un paso por México y Estados Unidos, hasta que en 1988 volvió al país y la invitaron a participar en "Bellas y audaces" (TVN). "Me encontré con Sonia Fuchs, que era como la Quena Rencoret de la época, y me dijo que tenía un papel para mí porque antes le habían vetado a Silvia Santelices y a la Consuelo Holzapfel", recuerda.
Al final aceptó, y su rol de Celeste, una mujer adinerada y que se enamoraba de un hombre menor interpretado por Ramón Farías, marcó su debut en la pantalla nacional. ¿Qué tan importante fue ese rol para el despegue de su carrera en TV? "Fue importante, pero el que tuvo más éxito, antes de la 'Lita', fue la 'Pola', la dueña de una pensión que hice en 'Te conté' (1990). Ahí, incluso, me empezaron a llamar de los programas del Mundial de Fútbol que justo se hizo ese año".