Sacando cuentas: ¿cuántos títulos potencialmente atractivos tuvo la temporada teatral por terminar? No hablamos de resultados, sino que de obras que por tema, autor, director, elenco, buen nivel de producción y sólido oficio, o por el factor que sea, llamaron la atención del espectador que decidió apreciarlas. No de trabajos experimentales o de jóvenes emergentes, pero sí de alguna de las muchas ramas del frondoso árbol teatral de hoy ( performance , musical y circo incluidos), destinadas desde adultos a infantes. ¿Digamos 100?
Porque las expectativas de calidad e interés son bien variadas, ¿pongamos 120, 130 espectáculos que incentivaron 'a priori' a una cantidad de público a ver teatro?
El dato negro es que de éstas, casi medio centenar llegó desde el extranjero. Una tendencia que se ha venido acentuando año a año y que ahora alcanzó su mayor cota. Empezando por el Festival Santiago a Mil en enero pasado, que aportó el mayor número de atracciones foráneas en sus 22 ediciones: 47 en total de 25 países, de ellas 37 de sala y unas 23 específicamente teatrales si descontamos danza. A ello hay que agregar las 4 del ciclo "El FIBA en Chile" en octubre; las 9 -cinco europeas- de la octava versión del ya consolidado Famfest en julio, que satisface a niños y adolescentes; y otras 8 traídas por distintos entes en el transcurso del año.
Un fenómeno inimaginable hace, por decir, diez años (ni hablar antes), que es un regalo para el amante del buen teatro. Y que de seguro irá en aumento porque público interesado hay y los importadores sacan cuentas favorables. La pregunta es: ¿y la creación nacional por qué se muestra comparativamente tan exigua? ¿Por qué los actores chilenos, que hay muchos y muy buenos, cedieron sus escenarios a las propuestas extranjeras?
Las causas de este desplazamiento, numerosas sin duda, parten por la carencia de una institucionalidad cultural que fomente y proteja la producción teatral. Pero entre ellas una en la base, que apuntábamos hace un año, es que los actores de teatro en Chile están demasiado ocupados haciendo 'tele'. Algunos no pisan las tablas hace años. Además de que la 'caja idiota' los absorbe, cada vez son más los que tienen categoría de 'rostros' de la TV. Así, más a menudo aún que el año pasado, muchos salen en 'spots' aconsejando las virtudes de alguna tienda o bien de consumo, cobran por hacer acto de presencia en un evento o son 'embajadores' de una marca. No hay nada de objetable en que actividades como estas las haga un actor de TV. Pero hay cierta jerarquía tácita en el oficio. Un actor de teatro en cualquier plaza desarrollada del mundo se sentiría deshonrado de hacer algo semejante. ¿Cuán ético puede ser que un actor salga en un aviso comercial, y por la noche aparezca en una pieza que crítica el sistema económico?
Igual todavía hay talento que brilla en la escena. Entre los frutos de excelencia tres, en ámbitos muy distintos, sobresalieron por sus logros que traen orgullo y esperanza al adepto teatral: ellos son "Xuárez", "Límites" y la recién estrenada "Feos". Otros títulos gratificantes por diversos motivos fueron "Sunset Limited", el remontaje de "Tres noches de un sábado", el monodrama "Hilda Peña", "Cordillera", "Constelaciones", "No despiertes a los niños", "Le prenom" en el área del teatro 'comercial', y la deliciosa "Melodías en el aire" en la pujante nueva línea de teatro para la primera infancia. En el periodo el GAM se posicionó como eje directriz de la escena capitalina. Fue el año en que el actor Álvaro Viguera ganó respeto también como director ("Sunset Limited"). Claudia Celedón sorprendió con su notable labor en "Xuárez" ya no como comediante, pero en materia interpretativa en 2015 inusualmente se lucieron más los hombres, con atractivos desempeños en lo individual -Néstor Cantillana en "Demonios"- tanto como en equipo: "Sunset Limited", "Cordillera", "La noche de los volantines".