"Chicago Boys", el documental de Carola Fuentes y Rafael Valdeavellano, da cuenta del origen de los Chicago Boys chilenos y de su influencia en las medidas económicas realizadas en la primera década de la dictadura de Pinochet. Al mismo tiempo, anuda esas medidas a las manifestaciones sociales del año 2011. Cómo se atan ambos sucesos, separados por casi cuarenta años de historia, el documental prefiere no decirlo explícitamente y solo darlo a entender a través del montaje de las imágenes. Da por hecho que el espectador chileno, dada la conversación pública de los últimos años, entenderá de manera inmediata que, cuando se habla de las medidas económicas de los Chicago Boys, se está hablando de la "imposición" de una economía de libre mercado; y que cuando se habla de las manifestaciones de 2011, se está hablando de "malestar ciudadano". En el fondo, "Chicago Boys" actúa por una suerte de transitividad de contenidos desde fuera de la pantalla hacia adentro, lo que es manera muy astuta de decir sin decir, pero también es una manera muy cómoda, porque al contentarse con la insinuación se evita entrar en los detalles.
Así, por ejemplo, el documental dedica buenos minutos a mostrar el bello discurso que Allende realizó frente a las Naciones Unidas el 4 de diciembre de 1972, para después contraponerlo con la brutalidad retórica y gestual de Pinochet (un recurso que ya es un lugar común). Nada dice, sin embargo, de la crisis económica que el país vivía en 1973, de cómo la inflación superaba el 600 por ciento anual, del enorme déficit fiscal ni del profundo quiebre político, causado por el desprecio transversal a las formas e instituciones republicanas. En ese contexto, lo que Jorge Cauas, que no era Chicago Boy y, luego, Sergio de Castro, que sí lo era, hicieron desde el Ministerio de Hacienda hoy parecería de perogrullo: contener el déficit fiscal, liberar los precios, rebajar los aranceles aduaneros, permitir la libre exportación e importación de productos y tratar de llevar la inflación a límites tolerables mediante el control de la emisión de dinero y de un dólar fijo (lo que después se reveló como un gran problema). Pero nada de esto está explicado en el documental. ¿Para qué?
La cinta va tan lejos, incluso como para culpar al pequeño grupo de economistas que estudió en Chicago en los años 50 de ser un gestor decisivo en el golpe de Estado de 1973. La secuencia comienza cuando Juan Gabriel Valdés asegura de manera enfática que "El ladrillo" -programa de desarrollo económico realizado para la candidatura de Jorge Alessandri de 1970, que luego continuó desarrollándose durante la UP- fue financiado por la CIA. Interrogado por la directora, Sergio de Castro, uno de los autores de "El ladrillo", da en cambio una explicación mucho más candorosa y simple sobre su origen, tanto que el público se ríe de incredulidad. El resto de la secuencia da a entender que este programa económico era lo que le faltaba a la Armada para decidirse a realizar el golpe. Es una buena historia, como todas las de tipo conspirativo, pero poco realista. Si así hubiera sido, se trataría posiblemente del primer y único golpe de Estado en la historia motivado por un programa de desarrollo económico firmado por scholars .
El documental realiza otras manipulaciones. La peor quizás es crear un ambiente de confianza y buena fe a los entrevistados, para luego, mediante montaje, ridiculizar sus comentarios apenas la oportunidad se presentara. Una vez editada la secuencia de imágenes, los entrevistados quedan expuestos, desacreditados y sin derecho a pataleo. En buen castellano, eso es, a lo menos, de mala leche.
Existe un buen número de razones para debatir la obra de los Chicagos Boys, así como la opción ética que tomaron varios de ellos al asistir a una dictadura; sin embargo, esta cinta no aborda ni una ni otra cosa con mediana seriedad o justicia. No sabemos ni siquiera si los Chicago Boys entrevistados fueron incapaces de articular una mejor defensa del modelo de libre mercado por el que trabajaron o si el montaje dejó fuera sus declaraciones más elocuentes o lúcidas. Bajo una aparente ecuanimidad, la cinta prefirió cocinarlos al calor de los prejuicios en boga.
"Chicago Boys"
Dirigida por Carola Fuentes y Rafael Valdeavellano.
Documental con Sergio de Castro, Rolf Lüders, Ernesto Fontaine, entre otros.
Chile, 2015
87 minutos