Gloria Benavides ha consagrado su vida a la música y la televisión. Sus primeros recuerdos son de cuando tenía tres años y la invitaron a cantar en Radio Baquedano de Valdivia. Desde entonces no ha parado. "A los cinco años me vine a Santiago en tren y, además de mi ropa, traía una carta de recomendación para seguir cantando en Radio Minería", recuerda. A los 6 años ya grababa su primer disco de rondas infantiles con el sello RCA Victor, y a los 14 era bautizada por los medios como "La Gotita". Ese era el nombre de la canción que marcaría su despegue artístico y la consolidaría como la primera solista pop nacional y una de las voces de la Nueva Ola.
En paralelo a la música, Benavides fue creciendo en televisión. Tras debutar en un programa infantil de Canal 11 - en el que hablaba con un duende interpretado por el fallecido periodista Pedro Pavlovic- emigró a Canal 13 como animadora. Mucho más tarde vino Televisión Nacional y el primer programa al que le imprimió un sello más personal: "El show de Gloria", que mezclaba música y conversación.
Hasta entonces, hacer una carrera de comediante no estaba en sus planes. Fue Don Francisco el que la incentivó para crear a "La Cuatro Dientes", mucho antes de que ella debutara en el "Jappening con ja" e interpretara a otros personajes entrañables, como la "Sita Gertrudis". "Don Francisco siempre pensó que yo tenía una veta de comediante, pero a mí me daba vergüenza; no me encontraba graciosa. Al final, parece que él no estaba tan equivocado, porque la gente se encariñó mucho con 'La Cuatro'", confiesa.
Para Benavides, la etapa de "La Cuatro" en "Sábado Gigante" de Univisión fue la mejor de su carrera. "Ahí volví a nacer como artista y comediante, porque en Miami nadie me conocía. También tuve que aprender a hacer reír a un público muy diverso".
Tras colgar la peluca y los tacones de su querido personaje -luego del final del programa de Don Francisco en septiembre- la artista está aprendiendo a ser simplemente Gloria Benavides. Hoy, cuenta que trata de disfrutar de una vida alejada de las cámaras y que pasea por Chiloé, como nunca antes lo hizo, con sus hijos y nietos.