El turbio escándalo dirigencial que remece al fútbol fue la primera prueba de blancura que debió enfrentar Mega, el canal dueño de los derechos por eliminatorias de la Selección para Rusia 2018; y el resultado tuvo más de opáceo que de claridad.
Justo entre las 20 y las 22 horas de este martes 17, cuando La Roja caía inapelablemente ante el fuego aéreo de Uruguay, el equipo de periodistas, comentaristas y relatores que transmitía el partido desde el Centenario de Montevideo esquivaba -bajo la marquesina de alto rating- una embestida menos predecible: la de la realidad.
La -a esas alturas- evidente salida de Sergio Jadue de la presidencia de la ANFP era para los enviados especiales un asunto de "redes sociales". Pasadas las 21 horas, cuando los otros canales enfrentaban el fútbol de Mega con noticias, despachando en vivo desde el aeropuerto la salida de todo el clan Jadue del país, los mismos relatores, comentaristas y periodistas -entre ellos uno apodado 'Trova'- se lamentaban de los goles en contra con expresiones del tipo "estoy caliente" al mismo tiempo que daban a conocer "versiones de prensa" que hablaban de que Jadue "viajaba para colaborar" con una investigación de FBI. "Lo que sabemos -agregó otro apodado "Sepu" o "Rodri"- es que mañana pueden haber anuncios muy importantes, que no se van a hacer ahora para no empañar el partido de hoy".
El relator Alberto López -el Trova- y el periodista Rodrigo Sepúlveda -el Sepu- nunca dijeron, especularon ni siquiera insinuaron que no había nada que pudiese ensuciar más lo que ya era evidente: que la Roja jugaba al amparo de una institucionalidad manchada por la corrupción.
López y Sepúlveda, ambos con años de trayectoria en las comunicaciones del deporte, estarán a cargo de las emisiones de la Selección por los próximos dos años. Y lo harán desde Mega, un canal que no solo tiene el liderazgo actual en la industria televisiva sino que también tiene en su historia reciente haber dado a Sergio Jadue uno de los mayores triunfos de su gestión: justamente la comercialización de los derechos televisivos de estas eliminatorias por una cifra nunca antes vista en la historia de la sociedad del fútbol y la TV local: 202 millones de dólares por los partidos a Rusia, además de prerrogativas como la venta de derechos al cable y sponsorización.
Más complejo aún: Mega logró hacerse de esos derechos gracias a las fuertes espaldas financieras de su dueño, el empresario Carlos Heller, presidente de Azul Azul S.A. y, por tanto, miembro de la dirigencia de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional, misma que se beneficia de los excedentes que deja la televisación y que, apenas 24 horas después de ese partido que Jadue siguió desde una sala de embarque, aparecería anunciando una auditoría a todo lo que el renunciado calerano realizó en su gestión.
24 horas después en Mega insistían, ahora en voz de Fernando Solabarrieta, sobre el "viaje" que "según versiones de prensa" emprendía el ex dirigente para "colaborar". Mientras, los otros canales abrían sus informativos desplegando gráficas sobre cómo funciona la delación compensada en EE.UU. y reporteaban sobre el futuro de un fútbol que justo el canal dueño de los derechos de los partidos parece querer mirar de manera más simplona que inocente y más conflictuada que desinformada, antes de acuerdo a la realidad.
Último dato: en la emisión del noticiero "Ahora noticias" que siguió al partido del martes 17 y que salió al aire no solo después del match, sino una vez que terminó el estreno de la nueva teleserie turca de Mega, el periodista Francisco Sagredo les dijo -tres veces- a los dirigentes del futbol nacional: "Son una vergüenza". Como es sabido, Sagredo deja este mes el canal.