Las relaciones con los vecinos son patéticas y, a futuro, prometedoras, con los cambios presidenciales que se avecinan en Argentina y en Perú.
Con Perú llegamos al congelamiento, probablemente, hasta el año próximo, cuando el Presidente Humala deje su cargo. Humala recurrió al nacionalismo "patriótico". Decepcionado por el fallo de La Haya, que mantuvo el paralelo que atraviesa el Hito Nº 1 para la delimitación marítima: desaprovechó esa sentencia para iniciar una nueva etapa en las relaciones con Chile. Desde entonces ha tolerado o potenciado desencuentros: los embajadores han regresado a su países, sine die , para no exponerse a ser declarados non gratos. Humala inició la escalada pretextando un espionaje. Luego deshonró el compromiso de ajustar su legislación al fallo de la Corte; toleró la imprudencia de su embajador, que abusó, en La Moneda, de una invitación de la Presidenta Bachelet. Más adelante consintió que soldados bajo su comando, desafiantes, se hicieran presentes en el Hito de marras. Poco antes exacerbó la disputa por un arenal de no más de tres hectáreas, accesible solo por el mar chileno, aprobando una ley que pretende incorporarlo a un nuevo distrito de Tacna. No le interesan a Humala las relaciones bilaterales para el bienestar de ambos pueblos, con un comercio e inversiones conjuntas duplicadas y sin precedentes y con inéditas posibilidades de integración provenientes de las coincidencias en el libre comercio, en la Alianza del Pacífico, el TPP y en las migraciones.
Con la Presidenta Fernández de Kirchner no nos ha ido mejor. Consecuente de otro nacionalismo, de corte populista-proteccionista, hemos sido arrastrados por su soberbia, estatismo y por el desajuste económico que golpea a su pueblo: durante su mandato se han congelado las inversiones chilenas en Argentina y el intercambio comercial se ha reducido en un tercio.
No todo el deterioro diplomático es culpa de Humala y de la Señora K. Hemos contribuido con la candidez y la confianza excesiva, sabiendo que ninguno de los dos presidentes valora la diplomacia. Nunca aprovechamos del abultado superávit comercial que favorece a Argentina para negociar las barreras cambiarias y arancelarias que perjudican a nuestros exportadores e inversionistas. Por reclamos peruanos retiramos los infantes de marina y abandonamos la estación satelital y la caseta de vigilancia en las inmediaciones del Hito Nº 1. Luego omitimos la mención de ese punto en la Ley Región de Arica y Parinacota. Desde entonces, prescindiendo de las Fuerzas Armadas, subsiste un débil control en la frontera norte, solo a cargo de Carabineros: dos de ellos han sido asesinados en manos de delincuentes, en esa zona, este año. Mientras tanto, florecen el narcotráfico, el contrabando y el ingreso ilegal fronterizo.
Nuevos vientos amistosos podrían venir con nuevos mandatarios en el vecindario. Quien sea elegido será mejor que los actuales.