Como dos guiones casi idénticos escritos al mismo tiempo, las vidas de Demi Lovato y Selena Gomez, ambas de 23 años, cuentan con demasiadas similitudes. Compartieron set en el programa “Barney y sus amigos” hasta que los productores las consideraron muy ‘mayores’ para el papel; continuaron sus carreras televisivas amparadas por Disney en “Sunny, entre estrellas” y “Los hechiceros de Waverly Place”, respectivamente, lo que también impulsó su éxito musical, al alero de la marca de Mickey Mouse. Las dos artistas, además, han sabido dejar el espectáculo para reordenar sus vidas: Demetria entró a rehabilitación el 2010 por sus episodios de automaltrato y desorden alimenticio, mientras que la ex novia de Justin Bieber tuvo que suspender una gira luego de que le diagnosticaran lupus.
Como si eso fuera poco, controladas sus enfermedades, Lovato y Gomez lanzaron durante octubre sus nuevos trabajos discográficos, donde volvieron a medir su inagotable popularidad. “Revival”, el último álbum de Selena Gomez debutó en el número 1 del Billboard; “Confident”, la quinta placa de Demi Lovato, acaba de estrenarse en el número 2 de los discos más vendidos de Estados Unidos.
En “Confident”, la artista nacida en Albuquerque promete magnificencia, iniciando su aparición con una entrada triunfal en el corte que da nombre al álbum, de épica sintética, al son de unos arreglos salvajes que emulan a “Black Skinhead” del vanguardista rapero norteamericano Kanye West y continúa con un golpe de electrónica y synth-pop llamado “Cool for the summer” —el primer sencillo de la obra—, una canción enérgica como sacada del catálogo de Foster The People. Pero con el correr de los temas, Demi baja las revoluciones, maquillando algunos cortes en base a los ritmos urbanos ligados al hip-hop como en “Old ways” y “Kingdom come” con Iggy Azalea.
Y también externaliza los restos de fragilidad que todavía permanecen en ella: en “Father” le dedica un “Espero que el cielo te haya dado una segunda oportunidad” a su padre fallecido en 2013, y en la sensible balada “Stone cold” recuerda “Fría piedra, fría piedra, me ves de pie, pero estoy muriéndome en el suelo”, haciéndole un guiño a los problemas que desencadenaron en una bulimia que casi le costó volver a rehabilitación en el verano de ese mismo año.
Selena Gomez, al contrario, declara de inmediato una nueva etapa en su carrera con frases como “Las cadenas que me rodean finalmente se han roto” o “Este es mi renacimiento” en la canción que bautiza al álbum. Saca a relucir su lado más sexy en la candente “Good for you”, junto al rapero A$ap Rocky, en uno de los mayores hits del verano en Norteamérica, así como en la mezcla latina de “Body heat”; y también su carácter más imponente en “Same old love” —se nota la mano de Charli XCX en la construcción de la canción— y “Kill em with kindness”, al ritmo de la electrónica de tintes house.
Así, “Revival” se torna un trabajo luminoso por cortes como “Sober” y “Camouflage”, apoyado por un pop fresco, simple y sin pretensiones, donde la ex frontwoman de la banda The Scene encuentra en el virtuosismo de su manejo vocal a su mejor aliado.
Pareciera que Demi y Selena continúan compartiendo roles como durante toda su carrera artística. Las dos ex princesas Disney ejecutan el pop con un objetivo común, deslumbrar en la pista de baile y enamorar en la intimidad de tu pieza, abarcando todos los frentes necesarios, demostrando que son dueñas de su música —desligarse del perfil que las llevó a la fama no parece haber sido tan traumático como para otras—. Eso sí, en esta pasada, es Gomez la que destaca por sobre su compañera, porque “Revival” la muestra tan honesta y empoderada como nunca la habíamos visto.