El dato me dejó perplejo. Según el Gobierno, el promedio de las remuneraciones de los funcionarios del Registro Civil, servicio paralizado ilegalmente por semanas, es de... afírmese... ¡$1.273.599!

Veamos la cifra en perspectiva. De acuerdo a la Casen 2013, y ajustando por inflación, ese monto ubicaría al trabajador promedio del servicio en el 6% más rico de la población (ocupación principal). De hecho, solo cinco de cada 100 trabajadores del sector privado tienen salarios superiores a ese monto. Y la cifra es incluso alta para el grupo de individuos con títulos universitarios (solo un 27% recibe ingresos superiores).

¿Estará equivocado el dato? Para responder la pregunta, me propuse calcularlo de forma independiente a partir de la información que el Registro Civil debe publicar por Ley de Transparencia en el portal Gobierno Transparente. Allí se muestra la lista y remuneraciones de sus cerca de 3.000 funcionarios.

Partí analizando los datos del 2014 (actualizados al 1/1/2015). Para mi sorpresa, la remuneración bruta promedio en los datos fue incluso mayor a la reportada por el Gobierno: $1.718.245 (planta y contrata). ¡Increíble! ¿También estará malo este dato?, me pregunté. Difícil saberlo, pero a partir de la información disponible para el 2015 se puede ofrecer una posible explicación del "fenómeno".

Para el año 2015, la dotación del Registro Civil está disponible para los meses de septiembre y octubre. ¿Qué dicen los datos? La remuneración promedio alcanzó los $925.152 en septiembre, mientras que $1.624.947 en octubre. ¿Por qué la diferencia? Básicamente por los bonos y asignaciones especiales que reciben los funcionarios en distintos meses del año, los mismos que explican la alta cifra del 2014. Como sea, los montos son altísimos. Note además que el promedio entre ambos meses es de $1.289.430, valor muy cercano al dato original. No había error.

En un país en donde el salario promedio no supera los $500.000, cabe entonces preguntarse: ¿cómo se explican los sueldos en el discutido servicio? En una de esas es su alta productividad, porque mal que mal, según la evaluación de desempeño 2014, el 93,8% de sus funcionarios no solo es "bueno", sino que merece "distinción" (¿será que la evaluación es un "tongo"?). Y más importante en el contexto del debate actual: ¿qué explica las movilizaciones? Quizás, uno podría aventurar, la alta desigualdad de las remuneraciones en el servicio, pero no es así: El índice de Gini del Registro Civil es 0.25, ¡similar al de Suecia!

Por eso, lo único más difícil de comprender que las movilizaciones es la pasividad del Gobierno ante un paro ilegal que afecta a miles de chilenos. En ningún país razonable un servicio tan indispensable se paraliza por semanas sin consecuencias. Es cierto, guagua que no llora, no come; pero en este caso el llanto del crío ha dejado en evidencia su sobrepeso. Quizás sea el momento de ponerlo a dieta.