Inche Michimalonco es una "nueva" novela histórica de excelente factura narrativa; maneja con soltura y propiedad las informaciones pertinentes y exhibe un ritmo adecuado a las distintas situaciones del relato. Despierta y mantiene con creces el interés del lector. Sus páginas reconstruyen de manera convincente los años tumultuosos que rodearon el nacimiento de la nación que después sería llamada el reino de Chile, a la vez que proponen una interesante interpretación de lo que posiblemente fue la personalidad de Michimalonco, el cacique y curaca que después de oponerse con tenacidad a la dominación de los incas y de los conquistadores españoles, murió sirviendo bajo las órdenes de Pedro de Valdivia, posiblemente asesinado por Jerónimo de Alderete. De todos los caudillos indígenas que lucharon defendiendo a sus tierras y a su gente, Michimalonco es uno de los menos conocidos. Su figura aparece en la crónica redactada por Jerónimo de Vivar, soldado de Pedro de Valdivia, pero por obvias razones cronológicas queda fuera de La Araucana. En este texto poético, pero fundacional de nuestra historiografía, Lautaro y Caupolicán son consagrados como héroes indígenas que más tarde alcanzarán en nuestro imaginario colectivo el valor de símbolos de la chilenidad. El propósito de la novela de Juan Gustavo León es, pues, instalar la figura de Michimalonco en el lugar que justa y verdaderamente le corresponde en el amanecer de nuestra historia.
La historia del lonco y curaca de Aconcagua es presentada a través de dos discursos paralelos y complementarios. Uno corresponde a la voz del propio Michimalonco, quien recuerda su vida desde la niñez hasta el momento en que, agotado de la lucha y vencido por las fuerzas de Pedro de Valdivia, comprende que el triunfo sobre los extranjeros es imposible y decide refugiarse al otro lado de la cordillera. El segundo está puesto en boca de un narrador innominado que enfoca su discurso principalmente en torno a la figura de Inalef, su amigo de la infancia y compañero leal e insobornable. Sin duda, la elección de esta forma de narrar es uno de los méritos de la novela. Al ser contempladas desde dos puntos de vista, las imágenes que forman la historia de Michimalonco y de la época de postrimerías que le tocó vivir se enriquecen de manera considerable y, además, el lector puede percibir desde diferentes alternativas la compleja realidad que ofrece el texto. Así, por ejemplo, el discurso sobre Inalef entrega el desenlace de la historia de Michimalonco que obviamente su narrador no puede relatar; informa al lector sobre aquello que escapa al punto de vista limitado de aquel, o soluciona dudas o enigmas que por la misma razón Michimalonco no podría tampoco resolver.
En Inche Michimalonco sucede lo que en toda nueva novela histórica: los hechos de la realidad se ponen al servicio de la ficción. Los vacíos que rodean a los datos históricos que conocemos sobre Michimalonco son utilizados por la imaginación para convertirlo en protagonista de una epopeya trágica que avanza inexorable hacia la hecatombe final. Nace durante una noche de tormenta y al imponerle su nombre, un machi advierte: "Cuídate, Michi, un hombre de plata te quitará la respiración". A partir de ahí, el narrador acomoda el desarrollo de su vida al de la existencia de los héroes épicos de la literatura universal. Cumple el duro aprendizaje de una empresa que lo aleja de su aldea para consagrarlo como héroe, y permitirle retornar después al paraíso perdido para triunfar sobre sus oponentes y cumplir con la tarea de paz y protección que le ha sido encomendada en su juventud. Pero la historia de nuestro país no sabe de mitos y tiene planes más crueles.
Al igual que otras prestigiosas novelas contemporáneas, Inche Michimalonco rescata y reafirma las raíces y los rasgos esenciales de nuestra chilenidad como respuesta a las tesis posmodernas que ven a la nación como un espacio imaginario que cede su lugar a la sociedad global.
El propósito de la novela de Juan Gustavo León es instalar la figura de Michimalonco en el lugar que justa y verdaderamente le corresponde en el amanecer de nuestra historia.