Los 875 kilómetros de frontera con Bolivia no se protegen únicamente con la defensa jurídica de nuestra soberanía en La Haya. Son un problema para la seguridad nacional, por el narcotráfico que impone Bolivia. Hay que denunciarlo con firmeza en los foros mundiales y redoblar el control fronterizo. Allí se han detenido soldados bolivianos involucrados en contrabando, a narcotraficantes y casi corrientemente se incautan cuantiosos cargamentos de droga. Entregando más territorio a Bolivia esos riesgos se incrementan.
Bolivia es el segundo productor mundial de coca y el mayor de cocaína. Procesa coca peruana en sus laboratorios. Es también el principal origen del narcotráfico.
El Presidente Morales potencia esos daños y por tiempo indefinido: su Constitución permitirá reelegirlo a lo menos hasta el año 2025.
Ha trascendido una investigación en Estados Unidos sobre la participación del entorno del Vicepresidente de Bolivia, García Linera, en el narcotráfico. Recién fue invitado por la Universidad de Chile a presentar el libro "Socialismo y Estado Plurinacional". Lo hizo en el Aula Magna de la Escuela de Derecho ante la lamentable presencia del rector. García Linera es el gran impulsor de la demanda para que Chile ceda territorio y con ello se facilite el narcotráfico. Según se investiga, el amigo más cercano del Vicepresidente y el piloto del avión presidencial serían narcos. Tenía razón el gobierno austríaco cuando detuvo y revisó el avión presidencial en que viajaba Morales. No son extrañas las vinculaciones bolivianas con el narcotráfico. El general Sanabria, antes zar antinarcóticos, está preso en los Estados Unidos por complicidad en ese delito. Por lo mismo está sujeto a proceso el anterior Jefe de la Policía Nacional de Bolivia. Evo Morales es presidente del Sindicato de Cocaleros y aumentó los permisos para cultivar coca, expulsó a la agencia norteamericana antidrogas y rechaza la cooperación internacional para combatir el narcotráfico. Todo siempre victimizándose e invocando su indigenismo y la intervención extranjera.
En pocos días el Tribunal de La Haya sentenciará sobre su competencia. En los días siguientes los presidentes de Chile y Bolivia coincidirán durante la Asamblea de Naciones Unidas en Nueva York. Cualquiera sea la sentencia, Morales se victimizará y volverá a reclamar territorio nacional. La Asamblea es una buena oportunidad para replicarle afirmando que Chile no está dispuesto a entregar territorios amparados por un tratado más que centenario y que compartir frontera con Bolivia es un riesgo para la seguridad nacional, por el narcotráfico boliviano que, además, está poniendo en peligro el libre tránsito que Chile le otorga a Bolivia. Otros gobiernos comprenderán: también están afectados por el narcotráfico boliviano.