En la piedra erosionada, sobada, redondeada por el arrastre incesante de las salvajes aguas chilenas, halla Teresa Gazitúa su gran personaje. Pero, en sus manos, el protagonista pétreo se mantiene incólume, sin perder la identidad natural. Así, este material resulta más bien rescatado, ordenado o apenas intervenido. Los ríos, que en nuestro valle central se precipitan veloces desde la cordillera hasta el mar, son los responsables únicos de estas esculturas pétreas. La fotografía, el dibujo, el grabado, el collage , la instalación constituyen los intermediarios de la artista durante estos quince años del nuevo milenio. Reunido en una retrospectiva en el Museo de Artes Visuales, definen un conjunto que, a la vez, recorre desde la abstracción hasta la más directa mirada real, revelando siempre un sentido hondo, sutil de la variación expresiva y formal. Similar atributo muestra la dosificación refinada del color y de la gama de blancos y negros, junto a la riqueza de los grises. Por su parte, el equilibrio y la serenidad del hermoso montaje realzan la unidad visual, potenciando las obras unas con otras.
Pero también la piedra andina, filosa y cargada de mineral, cumple un rol protagónico en estas reconstrucciones de la naturaleza, exhibidas por el MAVI. Por ejemplo, en forma de láminas de pizarra crean Cordillera colgante, ilusoria silueta panorámica, capaz de extenderse sobre el muro por medio de su sombra. O las Rutas curiosas, con fragmentos de roca volcánica como vehículos que recorren albos caminos de otro planeta. Al contrario, del todo abstractos resultan los magníficos grabados Trayectos horizontales, en grises sedosos y soporte de aluminio. Se los ha reunido, además, cual dinámico políptico, de acuerdo con una simple línea mural de grafito. Un gran sendero pedregoso e instalado en sentido volumétrico decreciente -Línea de tiempo- dialoga con el grupo gráfico anterior. Los testimonios fotográficos de lugares, entretanto, consiguen mejor su cometido a través de las nueve Bajadas de la autora a las aguas del mismo río Mapocho, instantáneas variadas que suman con finura la concurrencia de ocres. Un video aparenta marcar el final de la ruta acuática con su juego bullente de líquidos ahora marinos.
Temáticamente, un poco separada del resto de la retrospectiva, emerge el conjunto de piedras grabadas, horadadas con cruces, en el último recinto del museo. Agregan, esta vez, un Mural de moldes blancos de papel, que reiteran la incisión cruciforme o bien se trata de un par de instalaciones pétreas -una sobre el suelo; portando transparencias digitales la otra-, cuyas unidades se hallan marcadas por aquel signo.
Galindo y Cusicanqui
Antes lo hizo la fotografía, ahora se hace admirar Guatemala mediante una performer , Regina José Galindo. Nos muestra, pues, la Galería Gabriela Mistral performances suyas registradas por una serie de videos con color. Fueron ejecutadas durante 2011 y 2013 en encuentros, festivales, bienales de países tan distintos, como México, Eslovenia, Brasil, Grecia (Tesalónica), Francia y, por cierto, su propia patria. Constituyen metáforas corporales sobre la violencia, la discriminación, la explotación sufrida por la mujer en todo el mundo. Un tema bastante políticamente correcto, desde luego. Para ello vemos sus acciones in situ y cuyas duraciones oscilan entre 45 minutos y tres horas. Así, el propio cuerpo de la artista, siempre inmóvil y ensimismada, ya se va tapando por la tierra que le arroja un hombre con la pala -Paisaje-, ya va quedando atrapado en el islote de un territorio mínimo definido por una retroexcavadora -Tierra-, ya cubierto bañado en carboncillo recibe la orina de voluntarios -Piedra-, ya como ecologista queda sumergida en aserrín de madera: Desierto.
La última exposición del pintor Felipe Cusicanqui -Centro de Extensión de la Universidad Católica- empequeñece sus méritos habituales. Por eso, su inminente viaje a Berlín, con permanencia indefinida, constituye la mejor de sus decisiones, puesto que la capital alemana resulta hoy una de las pocas grandes capitales del arte. Para un artista creador, como él, resulta una necesidad renovadora. Es que, en su caso actual, ¿eran estas escenas de ballet un tema adecuado? La esencia del baile clásico se halla, sin duda, en la expresividad del movimiento, del gesto corporal. Sin embargo, sus personajes se muestran más bien estáticos o despliegan convencionales actitudes exteriores. Además, la restricción del color no alcanza la indispensable tensión formal. Si el lienzo en formato mayor, en plena función sobre el escenario, convence la rescatada silueta ocre amarillenta del teatro y las eficaces pantallas negras, se desaprovecha el centro humano de la obra.
TIEMPO DE PIEDRAS
Retrospectiva con las piedras protagónicas de Teresa Gazitúa
Lugar: MAVI
Fecha: hasta el 27 de septiembre
EL ARTE NO CAMBIA EL MUNDO
Registros en video de consecuentes performances de la guatemalteca Regina José Galindo
Lugar: Galería Gabriela Mistral
Fecha: hasta el 3 de agosto
RUINA
Felipe Cusicanqui con escenas de ballet
Lugar: Centro de Extensión de la Universidad Católica
Fecha: hasta el 14 de agosto