Goleó Chile. Enhorabuena. Pero durante los 45 minutos que jugó, en cada pelota que tocó, al ver su selfie con la Presidenta, no pude dejar de preguntarme: ¿qué pasó por la cabeza de Vidal el día miércoles? ¿Será que no solo el talento del oriundo de San Joaquín no tiene explicación racional, sino que tampoco su errático comportamiento? Para examinar estos puntos, lo invito a analizar económicamente la más reciente "infracción" del jugador de la Juventus.
Centrémonos primero en la decisión de beber o no el primer trago, momento en que el homo economicus aún dominaba al homo alcoholicus . ¿Será el beneficio de la primera "copa" mayor a su costo?, debe haberse preguntado el sobrio Arturo. Preferencias relevadas sugieren que la respuesta fue positiva. Así, con un contrato de US$ 7,5 millones anuales en uno de los mejores equipos del planeta, con millonarios acuerdos con auspiciadores, a días de un partido clave, Arturo consideró que la gratificación instantánea del alcohol dominaba el costo de ser sorprendido bebiendo y conduciendo, una función de la probabilidad de ser "pillado" y de la pérdida de patrimonio privado y social. El resto es historia.
¿Cuán irracional fue el crack? Quizás no tanto. Es posible que sea un empedernido amante del riesgo o que preste poca atención a las consecuencias negativas de sus acciones (poseer una alta tasa de descuento). E incluso en el caso en que la estrella tuviese un problema más serio con el alcohol (no sería el primero ni el último), la teoría económica también nos enseña que la adicción puede ser entendida como un fenómeno racional que depende de las características de los individuos.
Cualquiera sea el caso, la "infracción" de Arturo puede explicarse por rasgos que deben emerger en otras circunstancias. ¿Será su pasión por los caballos un reflejo de su preferencia por el riesgo? ¿Estarán sus indisciplinas previas conectadas por su personalidad? Le apuesto que sí. De hecho, venía de un casino cuando se produjo el accidente.
Por lo mismo, es de inmensa gravedad el error que gatilló todo el problema: la decisión de Sampaoli de dar tarde/noche libre a sus futbolistas. Este es un descuido injustificable que podría haber costado mucho más caro (convengamos que Arturo no es el único rey de copas de la selección). De hecho, Sampaoli cometió un error de libro de texto: como director técnico (principal) falló en diseñar las reglas (contrato) que evitasen el mal comportamiento de Vidal (agente). En términos técnicos, no supo lidiar con el problema de agencia.
Incluso para la Juventus ha sido difícil alinear los incentivos de Vidal, marcando al rey fuera de la cancha más duramente de lo que sus rivales lo hacen dentro. Lamentablemente, quien dirige a la selección apostó por la "buena fe". Dudo que Chile llegue muy lejos con esa estrategia, pero el triunfo ante Bolivia da tiempo para corregir el camino.