Los últimos catorce meses han sido de profundo aprendizaje. Nuestros líderes nos han ilustrado con sus conductas y decires acerca de cómo se mueve ese mundo desconocido para los ciudadanos de a pie. Además, su entrega en capítulos saborizó la trama con toques de suspenso que agradecen las viudas y viudos de Onur y Sherezade.
Luego de reflexionar todo lo aprendido durante 72, 96 y un poco más de horas, lo he resumido en el siguiente contrato de conducta a través del cual prometo solemnemente:
-Evitar los pensamientos ideológicamente falsos.
-Ante la tentación de financiar una buena obra, guardar el talonario de boletas en la caja fuerte. Tampoco usar el camino corto y pedirlas prestadas. Mucho menos a subalternos.
-A la voz de informes verbales, orales o minutas del acontecer político o económico, nacional o internacional, no ceder a la tentación; no acercarse a la caja fuerte.
-No pronunciar "transparencia" en vano.
-Transitar por las calles que nuestros dirigentes dicen oír; hasta ahora no he logrado encontrarlas. ¿Hay alguien que lo haya hecho?
-Hablar "de cara a". Nada más indecente que taparse el rostro como un delincuente. El qué se dice no es importante, pero hay que hacerlo de frente.
-Guiarse siempre por la intuición y no aceptar consejos.
-Si hay algo que comunicar, mediatizarlo por la TV y en hora prime . Al hacerlo en un contexto más acorde al mensaje se arriesga a que este no llegue al receptor o no lo entienda.
-Si decido comprar algún terreno, no jugar a las apuestas con algún pedacito de hectárea. (Los movimientos de tierra no son recomendables por ahora; no quedan retroexcavadoras en buen estado por su uso intensivo durante el último año. Mejor es usar pura pala.)
-Si existe desacuerdo con algún pensamiento, idea, obra u otra creación propia, comunicarla bien. Esa es la clave de la aceptación; el contenido hay que dejarlo en segundo plano. Para un mejor resultado, pedir asesoría de marketing.
-Por muy difícil que sea pronunciar "dejar que las instituciones funcionen" de corrido, sin equivocar la dicción, repetir la frase cuantas veces sea necesario cuando exista alguna culpa que se quiera esconder. Funciona por cansancio.
-Entre la imprudencia y la prudencia, escoger siempre la segunda. Esta, una de las cuatro virtudes cardinales, permite discernir y distinguir lo que es bueno o malo, para seguirlo o huir de ello. Aplicación de gran utilidad para asistir a reuniones. Disponible para sistema operativo iOS y Android.
En este segundo ciclo que comienza -según hemos sido informados los liderados-, aporto, a nuestros nuevos líderes y a los antiguos reunidos en el puerto principal, esta humilde minuta. Ojalá les sirva, como a mí, de iluminado faro en el proceloso mar de las decisiones.
Agradecería se me informe prontamente a nombre de quién hago la boleta.