Señor Director:
En una
carta de ayer, los profesores Constanza Salgado y Pablo Contreras se pronuncian favorablemente sobre una posible asamblea constituyente. Su argumento se centra en dos ejes: primero, una Constitución no nacida institucionalmente adolecería de vicios de origen por una parte, y segundo, que una asamblea constituyente tampoco significaría hacer tabula rasa con la institucionalidad chilena.
Un punto a destacar dentro del primer eje es que una nueva Constitución concebida bajo este pecado original sería "antidemocrática pues nacería de una cancha totalmente desnivelada a favor de la minoría que quiere su permanencia". Dos cosas: dados los buenos resultados políticos, sociales y económicos del país durante su vigencia, dudo que sea una mayoría la que realmente quiere un cambio constitucional. En segundo lugar, ¿los límites a la voluntad mayoritaria -soberana o general- son antidemocráticos siempre?
Sobre el segundo eje de la argumentación de los profesores, me gustaría recordar que todo debate debe tener un contexto, y el contexto de Chile, al menos durante el último año, ha sido realmente "refundacional", con consignas basadas en modelos políticos y económicos que nada tienen de democráticos, y que jamás han logrado los fines que se proponen, sino justamente los opuestos.
Javier InfanteProfesor de Derecho UC