Señor Director:

Atendida la época histórica que vive actualmente la completa humanidad, resulta sumamente raro que nuestros dirigentes empresariales se quejen a cada instante de incertidumbre. Tan raro como si los futbolistas protestaran porque en la cancha hay roces con los del equipo contrario. O un trompetista porque tiene que soplar muy fuerte en su instrumento.

El emprendimiento de actividades económicas y financieras es siempre incierto, salvo que durante 40 años uno se haya acostumbrado a que las reglas -políticas, tributarias, laborales- lo favorecieran abiertamente.

¿No ocultarán esos dirigentes bajo la palabra "incertidumbre" lo que es más bien la sensación de que están perdiendo poder y de que la cancha -otra vez política, tributaria y laboral- se está por fin emparejando?

Agustín Squella