La desconfianza nace del miedo y es un mecanismo útil. Me ayuda a saber cuando estoy en peligro, cuando pueden herirme, estafarme, mentirme, hacerme daño. Por supuesto que, como en todo, las características de personalidad y las experiencias previas van modelando ese mecanismo necesario y lo pueden agudizar a niveles patológicos. La paranoia sería como el colmo de la desconfianza.
Chile es el país más desconfiado de la OCDE. Nos lo han dicho estos días repetidas veces a propósito de la crisis institucional que vive el país. En apariencia no tendría por qué ser así. Hemos sido, en comparación con otros países de nuestro continente, un ejemplo de civilidad y aun de seguridad.
Creo que la razón es que somos "mentirosillos", para decirlo cariñosamente. Dicen nuestros vecinos argentinos que aquí hay que creer la mitad de lo que se dice en la vida social. Las mujeres serían las peores, ya que dicen linda cuando están pensando fea; que todo parece mejor de lo que es. Y esto aumenta junto con el nivel social. Los más bien portados son los mejor educados. Y también los más mentirosos.
Cuando todo funciona "como si" fuera bien y serio y sano y no lo es, es cuando las defensas son más brutales. Yo me puedo asustar infinitamente con un asalto o enfurecer con una estafa. Pero ese miedo se vive como miedo. No necesariamente da origen a la desconfianza.
El ejemplo clásico es la facilidad con que venden un teléfono móvil, sin saber ni tu cuenta bancaria, te hacen sentir ciudadano de primera clase y cuando quieres devolverlo es imposible. Ya no eres sino alguien de quien hay que defenderse. Esa sensación, de que lo que era amable cambia súbitamente cuando cambia la circunstancia, que nada parece estable, que puedo esperar cualquier cosa porque los resultados no son seguros, eso es lo que crea la verdadera desconfianza.
Hoy, a pesar de la crisis, es posible que aprendamos que es mejor ser rico y malo o menos rico y bueno, o abusador del poder abiertamente, o mal ciudadano, o lo que sea, pero serlo. Porque la pregunta de fondo que nos hacemos es si no será mejor que nos quieran por lo que somos que por lo que parecemos.