Desde que las cifras de rating pusieron a Televisión Nacional en el cuarto lugar de las preferencias comenzó a darse un fenómeno peculiar: el resto de las estaciones comenzó a expresar en pantalla, en espacios de farándula y entretención, con mayor o menor cantidad de sorna, su satisfacción.
El epítome fue el capítulo de "Vértigo", de Canal 13, donde fueron invitados dos periodistas deportivos -Scarleth Cárdenas y Fernando Solabarrieta- en proceso de desvinculación de la estatal. Con alto rating, ambos profesionales hablaron del dolor que les producía su salida -ya concretada en el primer caso e inminente en el segundo-, sin entregar detalles de la negociación que los llevó a ese punto de su relación. Nunca en la historia de la TV un canal se había prestado para estocar de esa forma a su rival.
Ese mismo día, y por un par de semanas más, el personaje humorístico Yerko Puchento hizo mofa del asunto, llegando incluso a declarar la muerte clínica de Televisión Nacional.
En un país donde se ha revelado que varias instituciones funcionan al precio del mejor postor, parece injusto que justo el único canal que va quedando sin tener la ganancia económica como único objetivo sea tratado con tanta crueldad.
El único canal que no tiene grandes empresarios detrás, el único que tiene una ley que lo comanda a tener calidad, que además le permite ganar el dinero suficiente solo para la autofinanciación, parece despertar en el actual escenario un nivel de rencor que solo puede explicarse por la inseguridad del que decide atacar.
El matonaje contra TVN bien puede ser visto como una insana envidia, como el bullying a ese alumno que está preocupado de escribir con buena letra más que de ganar popularidad.
Es cierto que TVN ha pasado por períodos de inestabilidad corporativa y, peor aún, programática. Pero también es cierto que en el último mes, justo cuando los episodios de maltrato se han dado, ha logrado estrenar un puñado de programas que ojalá tuvieran mejor exposición. Con espacios como el documental "¿Qué comes?" o la serie "Zamudio" (en la foto), el canal del Estado de Chile tiene la mejor respuesta para la agresión.