"Constelaciones", de Nick Payne, va dejando caer, como gotas, decenas de situaciones que se suceden con entrecortado ritmo de música moderna. Avanza, retrocede, cambia de climas, lanza intermitentemente fragmentos de futuro, vuelve a inicios que son previos, reitera con variaciones una misma situación, pasa de una escena a otra con rapidez cinematográfica. Los actores se mueven en el reducido espacio de un círculo elevado. Los cambios de luces son otra forma de lenguaje, la música acentúa el juego con los tiempos; brumas nos envuelven desde que entramos a la sala.
Atrae por su moderna textura, que aunque insólita, puede ser captada de inmediato por espectadores sumidos en las mismas incertezas de los personajes y en los giros quebrados y rápidos de las comunicaciones actuales. Su estructura intenta reproducir las nuevas dimensiones que ha adquirido la realidad, miles de mundos paralelos en la inmensidad de las galaxias y en la pequeñez de los espacios subatómicos.
"Constelaciones" presenta ya en su primera escena los elementos centrales de su trama; Mariana cree que en las puntas de los codos está el secreto de la inmortalidad y quien pudiera chupárselos viviría para siempre, lo que sería un caos, porque no se puede vivir y vivir eternamente. En cambio, a Rolando lo que le preocupa es si comienza o no una nueva relación, y su actitud es más bien evasiva. Ella es una intelectual, profesora universitaria, preocupada del origen de la materia y lo estudia desde la física cuántica; él aparece como apicultor, pero en realidad solo produce miel con unos pocos panales puestos en el techo del edificio en que vive, poco entiende las explicaciones técnicas que ella le da, pero se atraen. Sus diferencias son muchas. Es, por eso, un buen conflicto dramático, su improbabilidad produce incontables alternativas y el autor, con mirada moderna, como un físico que solo calcula probabilidades, nos instala ante una constelación de situaciones posibles.
A pesar de su estructura innovadora y de la incorporación de perspectivas científicas, "Constelaciones" es una historia de amor. Su clima es la incerteza. Mariana y Rolando quieren y a la vez rehúyen entrar en esa relación. En cada etapa se acercan y luego se alejan. Nada es claro y seguro. Pero así la relación avanza y se va construyendo. Sin saber cómo, de pronto los tenemos ya como pareja, pero ahora con Mariana enfrentada al deterioro progresivo de las palabras. Un cáncer al cerebro trae un nuevo dramatismo a esta historia que parecía una serena y objetiva exposición de probabilidades.
La fascinación que siempre ha ejercido la dualidad Eros y Thanatos, el amor y la muerte, reaparece aquí con nueva perspectiva. Mariana rechaza las sensiblerías de los foros sobre la muerte en la web, le prohíbe a Rolando cualquiera expresión de ese tipo, con objetividad de cientista dice sobre su propia muerte, cuando a uno se le acaba el tiempo, simplemente se le acaba. Nada más.
Esta puesta en escena tiene el atractivo de contar con dos muy reconocidos actores, Fernanda Urrejola y Francisco Pérez-Bannen, ambos tienen amplia experiencia en cine y televisión, medios que exigen rapidez de reacción. Por su parte, la dirección de Víctor Carrasco pone énfasis en los textos y en la búsqueda interior para llegar a una verdad escénica sin artificios. La iluminación de Andrés Poirot permite comprender los cambios de atmósferas y de climas interiores; la música de Juan Cristóbal Meza señala desde el comienzo el juego con el tiempo y apoya las transiciones. La traducción de Constanza Brieba interpreta el mundo inglés, hace leves adaptaciones y se expresa con giros propios de nuestra lengua.
"Constelaciones", del joven dramaturgo inglés Nick Payne, que estuvo en Chile como parte del equipo del Royal Court Theatre en un programa de creación de textos teatrales con 12 promisorios dramaturgos chilenos, es una obra que emplea el lenguaje actual, capta la nueva percepción de la realidad y crea, con la dirección de Víctor Carrasco, una obra de sólida estructura teatral, que es, a la vez, profundamente innovadora.
"CONSTELACIONES"
Dirigida por Víctor Carrasco, Con Fernanda Urrejola y Francisco Pérez-Bannen
Teatro de la Palabra
Hasta el 9 de mayo