Tercera parte y ¿despedida? de esta saga infantil -por lo menos con Ben Stiller-, esta película, además, es la despedida de dos grandes de la comedia de Hollywood: Robin Williams, como el Presidente Theodore Roosevelt, y Mickey Rooney, en una breve aparición; ambos fallecieron en 2014 y esta es de sus últimas cintas. El tono de comedia familiar se mantiene, pero en este argumento que traslada la acción de Nueva York al Museo Británico hay un tono proféticamente crepuscular y de adiós. A decir verdad, se trata de la menos lucida parte de la trilogía "Una noche en el museo", usando criterios de cine estrictamente infantil, porque Ben Stiller -como el guardia nocturno testigo de la magia cuando estatuas de cera y esqueletos de dinosaurios cobran vida- solo cumple el trámite. Ni siquiera hacer un personaje extra, como el cavernícola Laa, le alcanza para lograr una diversión y goce del tipo intergeneracional, que cruce los ánimos de padres e hijos. De hecho, quizás muchos padres no logren disfrutar como sus niños más pequeños esta fábula más simplona y menos elaborada. Tampoco hay que pedir peras al olmo: esto es cine de evasión y popcorn puro, pero Owen Wilson y los genios Steve Coogan y Ricky Gervais, más la joven comediante Rebel Wilson ("Despedida de soltera"), dados sus probados talentos, se merecían mejores diálogos en este posible cierre de una trilogía que ha marcado la carrera de Shawn Levy, director que ha tomado la posta de un mentor del cine juvenil como Chris Columbus, pero sin el sentido de grandeza que pueden tener películas tan buenamente malas como "Papá por siempre" o "Mi pobre angelito". Chris Columbus hizo clásicos. Levy solo hizo caja.
"Night at the museum: secret of the tomb". EE.UU.-Inglaterra, 2014. 98 minutos. TE.