"MasterChef", el reality de competencia culinaria que renovó el género al interior de Canal 13, no solo es una oportunidad para dejar atrás los encierros -con sus líos amorosos y de convivencia-, sino también para resignificar lo que la cocina es.
TVN hizo lo propio con "Top chef", que acabó su temporada dando muestras de una buena capacidad para representar la profesionalización de una competencia de este tipo, pero la señal de Luksic apostó por un formato más cercano, desde el casting de sus participantes y más atractivo desde la variopinta caracterización que sus jurados logran en cada evaluación.
Es justamente ese esquema, esos competidores y esos evaluadores los que construyen la identidad de este show que, a un mes de iniciadas sus emisiones, uno quisiera ver cada día más representado en la cocina de cada televidente o degustado en el propio comedor.
"MasterChef" ratifica que la comida es entrega, una fusión de sabor y amor. Y esa premisa es encarnada con excelencia por Eliana Hernández, la Naná para sus amigos, la #WeliVivaracha para toda red social.
Con 84 años de edad, esta mujer que ha dedicado su vida a alimentar familiones, llega a la pantalla de Canal 13 en cada emisión con nada más que sus ganas de complacer. Sin ambiciones televisivas ni conocimiento del poder del medio, esta mujer ha ayudado con su simpleza a elevar el promedio de toda la televisora haciendo que "MasterChef" marque un promedio de rating de 16,3.
En las entrevistas a cámara que acompañan a cada competencia, a cada dinámica propuesta por el concurso, Eliana es quien mejor supera la prueba de la coherencia entre el discurso y la acción. Y quizás por eso la buena recepción que logra en el público, que ya la tiene como nueva chica reality de la TV.
Cuando los concursantes hablan en esos inserts, los televidentes buscamos encontrar su verdad, descubrir si es que los dichos se corresponden con la realidad que vemos en cada competición.
Eliana dice lo que piensa -más bien siente-, y hace lo que dice. Eso ya es todo un triunfo en este tipo de programas de televisión. Basta un breve repaso mental por la larga lista de chicos realities que han pasado por la pantalla -Balleros, Chuckys y Lulis-, para saber cuál nos deja mejor sabor interior.
Porque aunque en el atractivo casting hay personajes dominantes, competitivos, mentirosos y neuróticos, el gran aporte de "MasterChef" es que no solo resignifica los reality shows y la cocina, sino que también aporta a una mejor sociedad, valorando la experiencia de la edad y la simpleza de la honestidad.