El nombre de la obra es una ironía. La familia que presenta Emilia Noguera no tiene ningún "proyecto de vida" y si lo tiene, es precario. Lo que vemos son reacciones elementales, disgusto del marido ante cualquier palabra de su esposa a la hora del desayuno, aceptación de ella a que la hagan callar reiteradas veces y zalamera forma de tratar al hijo. Lo que les interesa es tener una casa que impresione, ganar más para tener buenas vacaciones y, si les fuera posible, ir por fin a ese lugar... que no definen.
Lo triste es que puede ser efectivamente el "proyecto de vida" de no pocas parejas. La obra fue escrita por Emilia Noguera en el taller de dos años conducido por el Royal Court Theatre en el que se les formuló una pregunta central: "¿Qué sientes que es urgente abordar en tu sociedad actual?". Su respuesta es esta obra sobre una familia con pobres propósitos, que vive en alguno de los nuevos condominios, llenos de autos último modelo, con casas funcionales sin rasgos propios. No se refiere a ninguno en particular, pero el caso de "las nanas de Chicureo" fue un impulso inicial.
La estructura dramática es una secuencia de siete escenas situadas a la hora del desayuno en sucesivos días de una semana, abanico de situaciones que tienen por centro problemas con el hijo obeso y que se van haciendo cada vez más inmanejables.
En la primera escena, Alberto y Carolina, los padres, están en bata de levantarse, sentados a la mesa de la cocina, en un día domingo a las diez de la mañana, dan la espalda al público. Largo silencio. Cuando Carolina quiere hablarle, Alberto la hace callar y sigue leyendo el diario. Varios intentos de Carolina terminan en igual negativa. Esta escena marca todo el desarrollo posterior, un agresivo trato de Alberto y la aceptación sumisa de Carolina. Podría parecer extraño, la mujer de hoy ya no es tan sumisa y menos en esos estratos relativamente altos, pero puede haber en ella un implícito reconocimiento de sus incapacidades, no sabe manejar su casa, ni alimentar bien a su hijo que no adelgaza y todo lo delega en la nana.
Distinguimos en la puesta en escena rasgos que ya pueden calificarse como propios de la estética de Cristián Plana: el uso de silencios, largos, reiterados, con los que crea situaciones de tensión. Especial cuidado en la forma que da a los espacios, amplios y elocuentes en sí mismos, con un toque de elegancia, simple y acertado. Introducción de escenas de irrealidad que sorprenden por el quiebre que implican. Música y sonidos que juegan un papel relevante en la creación de atmósferas.
Si bien Cristián Carvajal, en excelente actuación como Alberto, el ejecutivo, y Bárbara Ruiz-Tagle como su esposa Carolina conducen con sus diálogos el desarrollo de la acción, el centro de la obra está en Luis Alberto, el niño obeso, presionado por las imposiciones de sus padres, reacio a hablar y a cumplir cualquier orden. Stephani Yissi interpreta el obstinado silencio del niño, y lo transforma en potente llanto inconsolable cuando una mañana no aparece su nana, Irma.
Todo un tema es la relación de esta familia con Irma. El aparente cariño y su importancia en el funcionamiento de la casa no guardan relación con el trato irrespetuoso y total ignorancia acerca de ella, aunque fue antes la nana en la casa de los padres de Carolina. Carmen Disa Gutiérrez interpreta con acierto a este personaje colocado siempre en segundo plano. La caracteriza con un andar de piernas rígidas y un modo de hablar popular y respetuoso.
La obra se desarrolla en un tono de estilizado realismo. Toda la situación es reconocible y golpea precisamente por su verosimilitud, pero de pronto surge la irrealidad: un vaso levita en el aire mientras Luis Alberto lo llena de bebida; ante el llanto incontrolable del niño, surgen tres muchachas deportivas, que no son personajes, lo rodean, le dan las pastillas con las que está siempre sedado y desaparecen. Unas bellas y suaves notas, apenas audibles, destacan, por contraste, la feroz escena final.
Emilia Noguera hace un despiadado análisis de un sector de nuestra sociedad y Cristián Plana otorga su sello distintivo a la puesta en escena, gradúa el ritmo y la intensidad de las actuaciones; con belleza formal hace más patente la inhumanidad de estos padres.
Proyecto de Vida
Dramaturgia: Emilia Noguera.
Dirección: Cristián Plana.
Elenco: Carmen Disa Gutiérrez, Bárbara Ruiz-Tagle, Stephany Yissi y Cristián Carvajal.
Teatro UC, hasta el 6 de diciembre.