Una de las primeras frases tipo que todo periodista deportivo debe aquilatar apenas se interna en "el medio" es la declamada por los jugadores caídos en desgracia indistintamente con la dirigencia, el entrenador, los árbitros, los hinchas, los representantes, la prensa, es decir, con casi todos los otros componentes de su entorno laboral: "Lo más noble del fútbol son los futbolistas". Así reza esa sentencia que, a priori, no deja en claro si ellos son lo único noble o si su nobleza supera la de los demás. A posteriori, es posible concluir que el papel aguanta todo.
El zaguero de Colo Colo Julio Barroso denuncia que tiene serias sospechas que el título se compra, que los arbitrajes están arreglados, que desde la ANFP se digita para beneficiar a algunos y perjudicar a otros, que los jugadores no son tontos y se dan cuenta, y que él no quiere que se interprete que es un mal perdedor, pero que deja sembrada la duda, sin entregar las identidades de autores ni cómplices, para que después no digan que dijo lo que dijo a su debido tiempo. Barroso, uno de los mejores defensas del fútbol chileno, referente del actual campeón y miembro destacado de la Casa Estudio Bíblico, remata con que si al final del campeonato está equivocado, va a ofrecer sentidas disculpas. "Lo más noble del fútbol son los futbolistas".
El arquero de Universidad de Chile Johnny Herrera, capitán e indiscutido líder de su equipo, seleccionado nacional y posiblemente el portero chileno de mejor rendimiento en el medio local en los últimos 5 años, trató de "chipamogli" (sic) al delantero de Colo Colo Felipe Flores, una suerte de insulto hacia el enconadísimo contrincante, quien en un acto de humillación le gritó un gol en la cara a Herrera durante el anterior Superclásico. Flores, un especialista en sacar de quicio a los rivales palabreándolos, mofándose de ellos y simulando agresiones y fingiendo faltas, admitió su gesto burlesco pero no mostró signos de arrepentimiento. Herrera, lejos de ponerle paños fríos, reconoció que si volviera a hacerle lo mismo, lo agarraría a combos en el hocico. "Lo más noble del fútbol son los futbolistas".
El lateral de Universidad Católica Alfonso Parot lesionó de consideración a Sebastián Ubilla en el pasado clásico universitario luego de golpearlo por detrás en una jugada intrascendente. El atacante de la U debió ser operado y quedó marginado del presente torneo. Parot, un jugador de carácter vehemente, frecuentemente brusco, dueño de un estilo de juego tosco y que en la cancha pocas veces discrimina la agresividad de la violencia, sumó otro check point en su particular historial de mala fama. Ubilla acusó el golpe y tildó de "mala leche" a Parot. El defensor afirmó que nunca tuvo la intención de dañar a su colega porque es un jugador leal. Tras expresar su principio de inocencia, le mandó un mensaje al rival pidiéndole perdón. Ubilla no aceptó la disculpa. Y para agregar un colofón, Cristián Álvarez, el capitán de la UC, declaró que Ubilla es un "irresponsable" al criticar a su compañero de profesión. "Lo más noble del fútbol son los futbolistas".