La escena inicial del nuevo capítulo de "Los 80" sorprendió con una estética del siglo XXI y un personaje hablando del Transantiago. A poco andar, descubrimos que es Félix Herrera, ya adulto y que, al igual que nosotros, sufre un ataque de nostalgia cuando se encuentra de golpe con el pasado a través de un simple objeto que le llega a la oficina.
Es muy raro ver una escena de "Los 80" ambientada en el presente. La primera sensación es "me cambiaron la serie". Pero se trata de una escena corta. El objeto que recibe Félix es un gorro con el logo del recital de Rod Stewart 89, el mismo que él usó cuando, a los 15 años, fue con sus amigos a ese evento, considerado el primer megaconcierto que aterrizó en Chile. Con el gorro en la mano, el protagonista comienza a recordar esos momentos y todo vuelve a la "normalidad". Podemos retomar tranquilos el hilo de la historia que dejamos hace un año.
El capítulo que anoche emitió Canal 13, abriendo la séptima y última temporada, fue intenso. A Juan Herrera (Daniel Muñoz), padre de Félix, le pasó de todo. Desde recuperar parte del dinero que le robó el hijo de su ex socio hasta darse cuenta de que su esposa Ana (Tamara Acosta), tras ocho de meses de separación, ya está pololeando con un compañero de oficina. Vemos a Juan cabecear al volante de su taxi, de madrugada y haciendo doble turno, en el intento de recuperar su negocio, su dignidad y, sobre todo, el amor de Ana. Mientras, ella toma otro taxi para ir a pasar la noche a la casa del pololo.
Como nosotros, el quinceañero Félix es testigo de esto. Y da un paso más en la pérdida de la inocencia. Este primer capítulo retoma su mejor tradición de hacer reír y llorar con situaciones y personajes entrañables. Como siempre, lo hace con el acontecer político y social de fondo, que ahora vemos en el caso de las uvas de exportación contaminadas con cianuro, una tragedia de fines de los 80 que aquí se presta para momentos muy divertidos. Y, una vez más, la serie acierta al mostrar cómo cambió este país en las tres últimas décadas. Muestra lo que les pasó a las mujeres y a los hombres, y le pone nombre y apellido al dolor que implicaron los cambios de roles.
Por eso es tan arriesgada la jugada de meterse al presente, porque se sale de la exitosa dinámica de siempre y ensaya un cambio de registro. El guionista, Rodrigo Cuevas -premiado varias veces por esta serie-, se atrevió a innovar y puso a Félix adulto para retratar hoy a quienes crecieron en los 80, una década tan intensa que, a su juicio, marcó de manera única e irrepetible a sus niños y adolescentes. Este ejercicio irá cobrando fuerza en los próximos capítulos. El resultado está por verse.
En su primer episodio la serie promedió 23,3 puntos de rating , entre las 22:26 y las 23:56 horas y obtuvo un peak de 28 puntos. En ese mismo horario Mega promedió 27,6 puntos, TVN 6,2 y Chilevisión 4,4 puntos.