Si algo demuestran los programas de cocina, sean de chef famosos o realities de competición, es que cuando se trata de comida, algo que todos consumimos, hay una y mil formas de preparación. Lo mismo podría decirse de la televisión, un medio que nos congrega a todos pero que últimamente se estaba realizando sin demasiado sello propio, sin mucha creatividad, con escasa calidad nutricional. O sea, casi como opera una cadena de comida rápida, rentabilizando al máximo y estandarizando procesos sin preocuparse demasiado de la salud del consumidor.
El estreno de "Top chef" en TVN la noche de los jueves es una señal; no precisamente de aterrizaje de los realities de comida en la TV abierta en que luego supuestamente perseverará Canal 13. No, lo que hay detrás de este bien producido y atrapante programa de competición -realizado según las reglas de un formato internacional- es una clara renuncia a la inercia productiva que, paradójicamente, "mueve" la cadena productiva de la TV.
La nueva directora ejecutiva de la señal pública y su director de programación, Carmen Gloria López y Nicolás Acuña, instalaron este espacio la noche de los jueves, en un horario antes consagrado a la teleserie nocturna del canal. Es decir, quitaron un día de emisión a un producto que no ha logrado atraer audiencias suficientes pero, aún más que eso, dieron una muestra de que no "porque sea costumbre dar teleseries nocturnas a esa hora las vamos a dar".
Claro, "Top chef" es un programa de larga duración, con varias pruebas que los competidores deben superar. Pero más que nada, es un buen espacio de entretención que de ser emitido tras la teleserie no habría llegado a marcar el 50% más de audiencia que su antecesor.
La lógica de privilegiar los contenidos ya la había aplicado TVN cuando cortó su noticiario en media hora de duración para darle mejor oportunidad a su prime y a sus programas de segunda franja -esos que "debían ir después de las nocturnas" porque siempre se habían hecho así.
TVN no está solo en este cambio de menú. Canal 13, ahora al mando de Cristián Bofill, fue el primero en dar la señal de cortar las noticias. Y Mega, liderado por Patricio Hernández, este miércoles no exhibió su exitosa teleserie turca "Qué culpa tiene Fatmagül" para dar una buena oportunidad a la producción histórica "El niño rojo", y resultó.
Este cambio de menú televisivo tiene que ver con algo bien evidente: con que al tener canales liderados por periodistas -expertos en calibrar los contenidos de calidad y no menospreciar la sensibilidad de las audiencias- la experiencia televisiva se vuelve, más que sabrosa, gourmand .