"Chipe libre": La nueva guerra de los sexos de Canal 13
La fórmula funcionó con creces en "Soltera otra vez", pero se vio un tanto forzada en la segunda parte de la misma historia. No obstante, y a siete meses del final de la teleserie protagonizada por Paz Bascuñán, Canal 13 vuelve a apostar por una comedia que pone el foco en la guerra de los sexos a partir de la reciente decisión de Julieta (Fernanda Urrejola) y Gonzalo (Nicolás Poblete) de ponerle pausa a su matrimonio de siete años para darse un "chipe libre" donde todo está permitido.
La escena de la separación marca el primer capítulo de la historia y divide en dos grupos al resto de los personajes del elenco. Por un lado, se instalan las féminas aliadas de Julieta -entre ellas, su romántica amiga Catalina (Loreto Aravena), que hace lo posible por que el matrimonio se reconcilie-. En la otra vereda están los hombres, que aconsejan a Gonzalo, como Cristóbal (Pablo Macaya), quien es algo así como la reencarnación del "Pelao Monroy" (Luis Gnecco) de "Soltera otra vez" y cuyo argumento más reiterado es que "la monogamia es un invento de las minas para tenernos atrapados".
Las comparaciones con "Soltera..." no son antojadizas, ya que incluso algunos actores tienen roles similares a los que interpretaron en la teleserie anterior, como Solange Lackington (Irene), nuevamente madre de la protagonista y quien recién comienza a vivir la vida tras dedicarse por completo a la familia. También están el uso de los recursos narrativos y técnicos, como las escenas en que los personajes se confiesan mirando a la cámara y las gráficas con los diálogos por whatsApp. Tanta coincidencia con "Soltera otra vez" representa, al menos, un riesgo para la nueva historia, que le suma a su fuerte competencia el fantasma de la teleserie de su propio canal.
El primer capítulo de "Chipe libre", eso sí, tuvo escenas más largas y un tono más dramático que el de la anterior historia, ambas dirigidas por Herval Abreu. Además, dio luces del personaje que por su encanto podría transformarse, así como lo fue Cristina Moreno, en el verdadero puntal de la historia: Gonzalo, el recién separado personaje interpretado por Nicolás Poblete que salta a la primera línea de los protagónicos de Canal 13.
"No abras la puerta": La nocturna que marca la transición de TVNLas teleseries de TVN cambiaron de mano y "No abras la puerta" es el primer indicio de la nueva etapa por la que atraviesa el área dramática del canal estatal. Tras la partida de María Eugenia Rencoret y una buena parte de los actores a Mega, Alex Bowen tuvo que mover piezas, reacomodar elencos y contratar a nuevos actores para echar a andar su primera producción nocturna.
El primer capítulo de "No abras la puerta" evidencia este período de rodaje que se vive en el área, que intenta mostrar un drama con tintes de comedia, donde los límites entre uno y otro género no están claros. De hecho, la historia parte con largas escenas del asesinato de una mujer (Carolina Arregui) a manos de su marido abusador. El recurso resulta excesivo, ya que solo sirve para presentar el tema central-el maltrato a la mujer- y entregar datos de la protagonista: Isabel (Luz Valdivieso), terapeuta y quien en el pasado también fue agredida por su pareja.
El corte hacia la comedia es rápido y a ratos puede resultar incoherente. En medio del sangriento panorama inicial y del colapso de la protagonista, se muestran personajes como los de Magdalena Max-Neef (María Teresa) y Fernando Kliche (Germán), una pareja de separados que mantiene encuentros furtivos y que son los encargados de descomprimir la historia. Todo el cuadro se va matizando, además, con escenas de suspenso que cruzan todo el episodio y que van entregando pistas -mostrando los pies, las manos y el perfil- sobre la personalidad de Juan Pablo (Gonzalo Valenzuela), la ex pareja de Isabel que amenaza con volver a buscarla. Del personaje de Gonzalo Valenzuela, por ahora, poco se puede decir, ya que solo aparece en la escena al final del primer capítulo, tocando el piano y con pose de villano.
"No abras la puerta" tiene, de todas formas, dos elementos dignos de valorar. El primero, es que muestra un esfuerzo por representar a la clase media chilena, prácticamente olvidada en producciones dramáticas anteriores, donde se solían exponer los extremos de la sociedad. Acá en cambio, la protagonista no es empresaria: vive de un sueldo y tiene un departamento ubicado en algún barrio de Providencia. También es importante destacar a los nuevos rostros que prometen darle frescura al elenco de las nocturnas, entre ellos los actores Camila Hirane, Verónica Soffia y Víctor Montero.