Durante los cien primeros días de gobierno, lo más relevante ha sido que la Presidenta cumplió su palabra. Más del 90% de los compromisos contraídos durante la campaña se cumplieron a cabalidad. Esto ha permitido que el gobierno mantenga la iniciativa, ordene la gestión gubernamental y "apriete a la Nueva Mayoría" a colocarse en el mismo nivel de cumplimiento que el Ejecutivo. Se ha desplegado la agenda gubernamental con una voluntad transformadora que no se había visto en los últimos 24 años.
De los cuatro ejes (nueva Constitución, reforma tributaria, reforma educacional y reforma laboral), por decisión presidencial, solo el primero se ha pospuesto para el próximo año, mientras que el segundo y el tercero están desplegados en trámite legislativo, no obstante que en materia educacional falta lo relacionado con la educación pública y la educación superior. Asimismo, en el cuarto eje, de las reformas laborales ya se ha cumplido el primer compromiso: la eliminación del multi-RUT, y de acuerdo a la ministra Blanco, en el segundo semestre se enviarían al Parlamento los otros compromisos fundamentales: el sindicato como titular de la negociación colectiva, la derogación del reemplazo en la huelga y la negociación colectiva anterior como piso de la nueva negociación. En materia tributaria el gobierno ha obtenido un triunfo al instalar la necesidad de ésta, la recaudación a lograr y los principales instrumentos para llegar a ese objetivo, y todo indica que tendremos reforma tributaria en sus aspectos esenciales, como Ley de la República, a mediados de septiembre.
En materia educacional, tarea que ha sido más compleja, al ingresar el proyecto de fin al copago, fin a la selección y fin al lucro, junto al administrador provisional y los mejoramientos a la educación preescolar, como la creación de la Superintendencia de Educación, sitúan a este tema con mucho menor dificultad que los proyectos referidos anteriormente. Se espera que en los próximos días, semanas y meses, esta reforma se complemente con el fortalecimiento de la educación pública y la nueva institucionalidad en el sistema de educación superior, caracterizada por la gratuidad, el fortalecimiento de las universidades públicas, la creación de dos nuevas universidades regionales, y de centros de formación técnica de propiedad estatal.
Por otra parte, la Nueva Mayoría vive momentos complejos, considerando que uno de sus integrantes, la Democracia Cristiana, a través de su presidente, el senador Walker, claramente ha tomado la decisión estratégica de posicionarse en el centro político, con la dificultad que no se hace diferenciándose con la derecha, sino del resto del conglomerado por la vía de cuestionar, más que los objetivos programáticos, los instrumentos que acompañan a esos objetivos. Esto obliga al conjunto de los partidos de la Nueva Mayoría y al gobierno a convivir con esta situación, que parece que no tendrá un cambio sobre la base de la reiteración por parte del senador Walker de su obligación de perfilar su partido, levantando las diferencias ya mencionadas con el gobierno y el resto de la coalición. Se requerirá de talento político y paciencia para convivir con esta situación, que no deja de ser paradójica, en el sentido de que un partido integrante de una coalición, comprometido voluntariamente con un determinado programa, haga cuestión permanente de los instrumentos de aplicación.
Con respecto a la hegemonía denunciada por el ex diputado Gutenberg Martínez, apelando al concepto gramsciano, creo que éste se equivoca en su diagnóstico. Para decirlo en fácil, la hegemonía no es otra cosa que cuando el sentido común de una determinada orientación se impone sobre otro. Lo que hoy día expresa la agenda gubernamental no es la hegemonía de la izquierda de la coalición, sino el nuevo sentido común que domina en Chile y que contempla un cambio de ciclo, una nueva Constitución, el cambio del sistema electoral, la crisis del sistema de pensiones, del sistema de salud, del sistema educacional, los abusos empresariales en todas las áreas, que son parte del sentido común ciudadano que apoyó a una candidata a Presidenta y a una coalición como la Nueva Mayoría para superar esa situación. La hegemonía la tiene la opinión pública, expresada electoralmente y en encuestas de opinión, que le demandan al gobierno transformaciones profundas, porque este nuevo sentido común aspira a un Chile más justo y sin abusos.