Que Eduardo Vilches mire como grabado la fotografía, ¡en hora buena! Esa circunstancia fundamental comunica a su trabajo una individualidad admirable. Ya de antes, los cementerios han sido los grandes protagonistas de su obra fotográfica. Esta vez, en Galería D21, es el turno del de Punta Arenas. Acaso el más hermoso de Chile, través de la mirada del artista. Sus cipreses homogéneos, verdes, sedosos como el fieltro más fino, establecen perfecta alianza formal con la digna vejez de bloques y muros mortuorios. El arbolado y las sombras cambiantes emergen cual testigos misteriosos frente al silencio sereno, perenne de las sepulturas. Curiosamente, además las cruces y las propias tumbas se parecen entre sí, provocando un conjunto armonioso. A la manera gráfica, típica del autor, las fotografías establecen contrastes netos entre absolutos: luz y sombra oscura, texturas vegetales y pétreas, fresco follaje y el paso del tiempo, superficies vivas de arbustos altos con el símbolo cristiano de la muerte esperanzadora. Pero, también, definen diálogos de blanco sobre blanco, de estos y sombras grises o sectores ocres. Hasta se llega a la abstracción de descarnadas figuras geométricas, sólidas o vaporosas. Pese a la sobriedad cromática reinante, algunos acordes alcanzan particular intensidad, sobre todo cuando interviene la celeste presencia del cielo. Creemos que otros camposantos nuestros esperan la mirada del expositor.
Galería XS se afianza. Su recién inaugurado local -bonito, adecuado-, a pasos de la matriz AMS Marlborough, nos entrega la producción reciente de Rodrigo Galecio. Se trata ante todo de pinturas, ejecutadas sobre papel milimetrado. La geometría multicolor sigue presente en ellas. No obstante, sometida a cambios radicales. En efecto, formas y color ahora se abren, crecen, se personalizan claramente. Si se introducen visiones de arquitecturas y, en ocasiones, asoma algún interior de ellas, tampoco deja de aparecer el paisaje propiamente tal, además en gloria y majestad. Pero resulta la coloración el epicentro de estos cuadros de 2013-2014. Es que el artista sabe tensionarla, crisparla, haciendo volar cualquier convención de la rosa cromática. Si antes fue esta característica capital de su obra, hoy día constituye su alma. Llega, así, a armonizar contrarios de violencia extrema, convenciéndonos de la posibilidad de su normal coexistencia. Una docena de trabajos en técnica mixta nos lo demuestran. Entre ellos consigue momentos especialmente atractivos: el homenaje "La tragedia del color (H.A.E.)", "Metrópolis, ciudad genérica", "Apocalipsis nau", "Reflejo", "La vida moderna de Rocko" y su aire de tierna niñez.
Decíamos antes que lo geométrico fue un ingrediente esencial del quehacer de Galecio, en la actualidad, junto con integrar procederes informalistas. Estos últimos alcanza a convertirlos en solventes protagonistas únicos; tenemos del año pasado "La tragedia del color" con su dedicatoria a Juan D. Dávila. Sin embargo, habría que estar alerta respecto a ciertos asomos decorativos en "Picto-tenis", cuadro realización en colaboración. Asimismo, en conjunto -esta vez con Magdalena Atria-, el expositor muestra una pequeña escultura en madera pintada y construida con volúmenes geométricos, donde arde el contraste entre dos colores, cualidad que cabe definir como su mayor mérito.
Dentro de lo que el joven artista Rodrigo Arteaga exhibe -Galería AFA-, vale establecer dos clases distintas de trabajos. Un grupo de ellos hace del tema "raíces" su razón de ser. De veras nos interesa esta propuesta. La concreta como pertinentes intervenciones radiculares de papel recortado con gran finura; convertido este en enjambres orgánicos invade, gráficamente, láminas de viejos libros de anatomía. Asimismo, la invasión se materializa en vivas plantitas verdaderas que se apoderan, en un acercamiento a la instalación, de volúmenes botánicos antiguos. O encontramos un par de delicadas nervaduras en papel de amplias hojas vegetales colgantes, roja o blanca. Junto con este imaginativo y bien equilibrado sector se incluye un gran manojo de secas, de ásperas raíces auténticas en aparente condición de testigo natural. El segundo conjunto mostrado comprende fotografías en blanco y negro de estrellas sobre un compacto entorno negro. La abundancia exagerada de testimonios que entrega termina por volver abrumadora, monótona, esta parte de la exposición.
"FOTOGRAFÍAS"
Con el grabado como punto de partida, Vilches proporciona instantáneas muy hermosas de un cementerio austral.
Lugar: Galería D21
Fecha: hasta el 3 de julio.
"LA TRAGEDIA DEL COLOR (H.A.E.)"
Pinturas flamantes de Rodrigo Galecio, donde la coloración alcanza una individualidad inesperada.
Lugar: Galería XS.
Fecha: hasta el 25 de junio.
"SOBRE ESTRELLAS Y RAÍCES"
El joven Rodrigo Arteaga convence plenamente con su temática radicular.
Lugar: Galería AFA.
Fecha: hasta el 21 de junio.