Francisco Valdés demuestra residir con provecho en el Reino Unido. Bastante antes, en su patria, había demostrado sus capacidades artísticas, aunque a través de exposiciones escasas. Hoy vuelve a ellas, y en la siempre segura -por el interés de sus elegidos- Galería Gabriela Mistral. Nos entrega particulares pinturas que recogen densidades culturales bien asimiladas. Así, mediante postulados del arte óptico, economía extrema del color, texturas finísimas de óleo -sobre todo en blanco y negro-, nos entrega verdaderas trampas visuales de factura impecable e imaginería personal y en el fondo figurativa. Pero sus formatos, tanto amplios como pequeños, exigen una contemplación detenida y desde lejos, que incluso obligan a casi cerrar los ojos para apreciar sus contenidos. De esa manera, trabajos de temáticas tan distintas como su bello homenaje a Corot, un "Derrame" de líquido desde, al parecer, recipientes metálicos destrozados o un escondido "Acolchado" demandan una atención visual, sensorial y anímica considerables. No obstante, vale la pena el esfuerzo. Por otro lado, cuando concurren briznas de pigmento, las telas se enriquecen con un especial efecto de espacio. Asimismo encontramos en la sala ministerial la presencia del recurso constructivista: ese pequeño cuadro en yeso sobre madera, por entero blanco y mostrado de espaldas al público; materializa una "Trampa" indudable. Tampoco faltan, si bien dentro de otra línea formal, una pintura sin coloración, de gran tamaño y sobre PVC, además de una instalación horizontal, no exenta de cierto humor; comprende objetos y la plana silueta de una "Fotocopiadora robada".
Un recorrido por el todavía incipiente Barrio Italia nos acaba de deparar una auténtica desilusión, respecto a recintos de exposiciones. Sin embargo, sacó la cara por ese sector capitalino la experimentada Galería Die Ecke. Allí, el joven artista Rodrigo Araya nos propone su primera exhibición individual. El objeto y la palabra parecen constituir sus caballos de batalla. A partir de ellos convence más con las construcciones que con un par de collages gráfico-pictóricos, formalmente algo confuso. Probablemente, una silla metálica con colorido cojín tejido de hebras colgantes constituya su trabajo más atractivo -"Yo soy un no soy"-; en él, los atados de hilos enredan bordados conceptos lingüísticos, que parecen evocar las Parcas míticas y su manejo de la vida del hombre. Otra obra, también en metal pintado, consta de dos siluetas humanas, donde un cinturón y collares se adaptan bien a las respectivas partes del cuerpo, como afirmando la propia personalidad. Entretanto, ensamblados de objetos, colgantes y verticales, consiguen demostrarnos la precariedad presunta del equilibrio anímico del artista genérico. Si bien todavía bisoño, Araya muestra una inquietud, una exuberancia creativa, capaz de mayores frutos futuros.
La flamante CO Galería chileno-cubana se ubica en un pequeño departamento-vivienda, en plena avenida Nueva Costanera. Está ofreciendo particulares paisajes luminosos de Analía Amaya. Procedente de Cuba, la artista hace del rescate de la luz protagonista directamente tangible de su obra. En efecto, materializa ese ingrediente fundamental del paisaje, abstrayéndolo a través de puntos obtenidos de la iluminación eléctrica, que pinta con color -capital resulta la aureola que este provoca- de acuerdo a los efectos sensoriales buscados. Tenemos, así, cajas de luz que nos conducen ya a una negra noche vivificada por la línea continua de un horizonte parejo de puntos luminosos, cual frontera demarcatoria, ya a la discontinuidad variada de una nocturna ciudad a lo lejos; ya a una carretera noctámbula con sus coches que van y vienen. Muy característico de la principal isla del Caribe resulta el mar, cuyo límite horizontal se pierde en la lejanía, tocando el cielo. Por eso, no falta aquí la grandeza del panorama marino coronado con sus estrellas titilantes, las cuales se alternan, juguetonas, con puntos oscuros en un video asociado a lucecitas de guirnalda navideña. O solo una amplia fotografía digital en colores, atravesado su mar por la estela horizontal de un avión. La inmensidad del paisaje, nocturno o diurno, emerge, pues, interpretado por la visitante cubana de un modo original y, por cierto, plenamente convincente.
"Tempera"
Muy interesantes pinturas trampas de Francisco Valdés
Lugar: Galería Gabriela Mistral en el Ministerio de Educación
Fecha: hasta el 6 de junio
"Tus zonas erróneas"
Construcciones, donde el objeto y la palabra son los personajes de Rodrigo Araya
Lugar: Galería Die Ecke
Fecha: hasta el 31 de mayo
"Paisajes"
Atrayentes interpretaciones luminosas de la cubana Analía Amaya
Lugar: CO Galería de avenida Nueva Costanera
Fecha: hasta el 8 de junio