En Galería Isabel Aninat expone Álvaro Bindis . Se trata de óleos con o sin lápiz y carboncillo. Pinturas de veras, donde el trabajo cuidadoso, hecho con amor, de transparencias, texturas, elección de pigmentos, composición y distribución de planos se traduce en esfumados atmosféricos que seleccionan porciones de edificios o grupo de ellos, bajo un cielo invernal u otoñal. Es un Santiago neblinoso que no se oculta como ahora a la plena luz de días asoleados. Corresponde a la obra más reciente de Bindis, el cual nos demuestra en qué medida consigue asimilar, renovándola, la herencia del pasado pictórico nacional. La calle Gertrudis Echenique contribuye aquí con los modelos más favorecidos. Tenemos, en primer término, la vigorosa visión de una arquitectura en azul puesta en contrapunto dramático con un ramaje arbóreo que la interpela hasta con insólita ferocidad expresiva. Esa circunstancia, al contrario, se convierte en diálogo amable a través del luminoso "Fragmento" de la misma calle del barrio El Golf. Pero, asimismo, el artista acierta por intermedio del intimismo, ajeno al lugar de Las Condes, de dos pasajes habitacionales: el quieto "Dardignac" y, una pizca inquietante, el de Avenida La Paz. Junto con su ambiente de corporeidades envueltas por la bruma, un paisaje del Arrayán entrega un dinámico ángulo de visión, en tanto que la potencia formal se apodera del dibujo de un gran árbol. Por momentos el expositor trae el recuerdo, quizá salvando las distancias, de un español extraordinario, Antonio López García.
A otro mundo nos conduce, en el Museo de Arte Contemporáneo, solitaria, la artista Teresa Aninat . A primera vista su instalación ofrece el aspecto de un recinto frío, aunque armonioso, que almacena documentación. Pronto, sin embargo, se impone el sólido fundamento conceptual de su rastreo característico de identidad territorial y de fijación autobiográfica de la memoria. Encarna en la idea de viaje, concretada en envíos de correos a sí misma, de borrosos registros escritos a máquina de sus idas y venidas al Correo Central, de objetos recolectados durante sus recorridos -palos de madera con palabras talladas rústicamente-, de postales recordatorias de desplazamientos a lo largo de Chile -hermoso grupo con tarjetas vistas por el lado del destinatario- y que ponen la nota de color al conjunto. Fuera de la sala, metafórica, una fotografía de su casilla santiaguina parece convertirse en la estampilla que clausura la compleja carta desarrollada en el interior.
Otras dos exhibiciones se presentan en dos muy vecinas galerías de Vitacura. De ese modo, Artespacio nos propone a Francisco Bustamante . Sus pinturas en extenso formato dejan apreciar una abstracción manejada con desenvoltura innata. No obstante, en algunas de ellas el procedimiento de distribución de los trazos tiende a asemejarse demasiado. De esa manera, en los cuadros rojos -"Sin título A", "Sin título Rojo B", el tríptico- las pinceladas se limitan a distribuirse ya en dirección horizontal, ya en dirección vertical. Algo parecido sucede con la monocromía de dos de los tres lienzos del segundo piso. Eso genera, por supuesto, empobrecimiento formal y monotonía evidente. Entretanto, bonita resulta desde lejos la tela en dimensiones mayores con dorados y rojos; de cerca, en cambio, el negro rayado inferior aporta una pesadez que perjudica el juego de planos que probablemente se buscaba. La planta alta de Artespacio expone, fuera de dibujos con estudios de la figura humana y otros menos reconocibles en blanco y negro, realizaciones en grés del mismo autor. Aquellas coloreadas y con reminiscencias de vegetación marina nos parece lo más significativo de todo el conjunto ahora mostrado.
Un compromiso no resuelto por entero entre figuración y no figuración hallamos en Galería La Sala. Son acuarelas de Francisco Salas. Además de ostentar sentido de la composición y del tratamiento del espacio, integran manuscritos. Empero, su testimonio más convincente se manifiesta en un paisaje reconocible, "Cerrito San Juan", donde se conjugan en equilibrada unidad escritos y paisaje serrano, suave cromatismo y elocuencia del soporte en blanco; este último actúa como otro integrante importante del lindo panorama propuesto. En otras láminas los pajaritos realistas tienden a chocar con el entorno, mientras que el volumen en papel tiene más de proyecto de escultura que de instalación presunta.
"Fragmentos"
Buenas pinturas de Álvaro Bindis, sobre todo con rincones del barrio El Golf como protagonista
Lugar: Galería Isabel Aninat
Fecha: hasta el mes de mayo
"Otros viajes"
Gran instalación de Teresa Aninat que registra, sobria y precisa, la condición de viaje y de memoria
Lugar: M.A.C.
Fecha: hasta el 15 de junio
"Nyctophilia"
Pinturas abstractas de Francisco Bustamante
Lugar: Galería Artespacio
Fecha: hasta el 6 de mayo
"Cordillera de papel"
Acuarelas de Francisco Salas, donde se integran manuscritos y pájaros realistas
Lugar: Galería La Sala
Fecha: hasta el 5 de mayo