Definitivamente Sigrid Alegría, la reciente reina del Festival de Viña y protagonista de "Mamá Mechona", parece ser otra desde su llegada a Canal 13. Y hablo de su faceta actoral. En la nueva teleserie vespertina, la actriz deja definitivamente atrás esos papeles dramáticos que interpretó con éxito en su paso por las nocturnas de TVN, entre ellos la mamá sufriente de "¿Dónde está Elisa?" o la orientadora obsesionada con encontrar al pedófilo en "El laberinto de Alicia".
En "Mamá mechona", en cambio, Alegría explora la tecla de la comedia y lo hace con tanta habilidad que su personaje- Macarena, una madre de tres hijos adolescentes que decide entrar a la universidad-se vuelve entrañable desde los minutos iniciales. La opción del director Germán Barriga es precisamente apostar en el primer capítulo porque el público empatice con el personaje utilizando recursos propios de las series, como el relato en primera persona con que Macarena parte contando su historia o la cámara manual con que registra cada uno de los movimientos y tics de la protagonista en los primeros minutos del capítulo.
Con una edición ágil, una historia que habla de conflictos cotidianos -la crianza de los hijos versus el desarrollo profesional- y una fiel representación de la clase media -Macarena y su familia viven en una casa bastante normal en Ñuñoa y no en una fortaleza en La Dehesa- el gran plus, pero también el riesgo de "Mamá mechona" es que, hasta ahora, absolutamente todo gira en torno a su protagonista. Y si bien Macarena es adorable, bien podría transformarse en la nueva Cristina (Paz Bascuñán en "Soltera otra vez") un personaje que encanta por un rato, pero que a la larga de tan monotemática tiende a aburrir.