El XIV Festival de Música Contemporánea de la Universidad de Chile partió el lunes con siete obras muy diversas. El Coro Magnificat, dirigido por Marcela Canales, homenajeó al maestro Carlos Botto -Premio Nacional de Arte 1996, nacido en 1923 y muerto ahora hace diez años- con sus "Tres canciones corales", escritas entre 1965 y 1966 a partir de poemas de Juan Guzmán Cruchaga. Se trata de piezas breves en la que destacó la última, "Vecina", que sonó graciosa y efectiva en su texto de galanteo: "Gracias, vecina, vecina,/ gracias por la vecindad./ Gracias porque eres hermosa,/ gracias por verte pasar".
Luego, el Cuarteto Surkos abordó "...De las praderas planetarias..." (2005) del venezolano Mirtru Escalona-Mijares (1976), que explora las sonoridades menos convencionales de las cuerdas, siempre con sutiles matices. La cuidada interpretación sufrió por la falta de silencio: la Sala Isidora Zegers estaba repleta y calurosa, y el público, incómodo.
Siguieron "Quatre pieces febriles" (1995), del griego Georges Aperghis (1945), con el Chak Dúo en piano y marimba. Esta pareja, versátil en su repertorio de música popular, mostró solvencia en una obra de ritmo complejo, que se inicia y termina con acordes fortísimos y que parece hecha, además de estos impulsos, de series replicadas.
Después del intermedio, la Banda Sinfónica de la Universidad de Chile, dirigida por Eduardo Browne, ofreció "El pasajero Julio Riquelme se baja en la estación Los Vientos y piensa" (2013), de Rafael Díaz (1965). Evocadora de la música y el paisaje nortinos, la obra, con buenos hallazgos, se aventura en la historia del "Empampado Riquelme", hoy famoso gracias a la investigación periodística de Francisco Mouat. El mismo conjunto tocó también "Violeteando" (2013) de Pablo Délano (1950), que arregla algo convencionalmente las canciones de Violeta Parra, unidas por referencias recurrentes a "El gavilán".
Para el final, lo mejor de este concierto, con dos clásicos del siglo XX aún sin estrenar en Chile: David Barrientos tocó el Allegro giusto , segundo y último movimiento de la Sonata para clarinete (1972) del ruso Edison Denisov (1921-1996), compañero de generación de Schnittke y Gubaidulina. Sostenido en una nota repetida, el discurso fluye ingeniosamente y, pese a lo escarpado de la partitura, Barrientos hizo que la música triunfara. Por su parte, la soprano Nancy Gómez y Fernanda Ortega, en piano preparado, entregaron una estudiada versión de "She is Asleep" (1943) de John Cage (1912-1992). El dúo hizo un excelente trabajo con las dificultades que no parecen evidentes, como sucede a veces con este compositor estadounidense seminal, muchas de cuyas obras aún están por estrenar en Chile.