Matías Ovalle, productor ejecutivo de “Secretos en el jardín”, aseguró hace unos días a este diario que el “Caso de los psicópatas de Viña” era apenas un referente remoto en la nueva nocturna de Canal 13. Pero los primeros minutos de la historia que debutó el domingo después de “Los 80” —y que registró prometedores 24,8 puntos— demostraron que la producción es más que un simple guiño a la historia policial que culminó en 1985 con los últimos ejecutados en el país. La historia parte con la voz de Sergio Campos, de Radio Cooperativa, anunciando que la Corte Suprema confirmó la condena a muerte de los psicópatas y, acto seguido, se muestra a tres encapuchados —no dos, es cierto, como en la historia real— esperando su sentencia ante el batallón de fusilamiento. La tensión dramática, la música de paredón y los rostros desencajados de los testigos ayudaron a configurar una muy bien lograda partida de teleserie.
El resto del capítulo, en cambio, tuvo un desempeño irregular. Primero, porque se perdió mucho tiempo y ritmo en desarrollar historias casi anecdóticas, como la actuación de “El Puma” en el Festival de Viña o las contradicciones laborales del periodista interpretado por Mario Horton. Todo eso en desmedro de escenas clave, como el crimen en la Quinta Vergara, donde más que nada se escucharon gritos, o el peritaje de los cuerpos de las víctimas. La ambientación tampoco logró el nivel al que nos tiene acostumbrados “Los 80” y, a ratos, parecía un pegoteo de música, decorado y autos de la época.
Los ripios iniciales de teleserie, en todo caso, podrían quedar fácilmente atrás, porque “Secretos en el jardín” tiene dos fortalezas esenciales: cuenta con un elenco de lujo, en el que destacan figuras como Alejandro Goic y Julio Milostich, y tiene una buena historia inspirada en uno de los hechos policiales de mayor repercusión pública de las últimas décadas. El desafío, entonces, para Canal 13 es dar un paso adelante en los próximos capítulos y cumplir con la promesa de su eslogan de desarrollar “el misterio de los psicópatas de Viña” y, así de paso, posicionar su teleserie como el primer
thriller nocturno en la historia de su área dramática.