El Mercurio.com - Blogs : Votos marcados, marcas no escrutadas
Editorial
Miércoles 07 de agosto de 2013
Votos marcados, marcas no escrutadas
Si el escrutinio de los votos tuviera que contabilizar cualquier consigna o eslogan que se proponga por los diversos grupos políticos o de interés, cada elección se convertiría en una consulta heterogénea y masiva, pero no democrática...
Ningún cuerpo de reglas está blindado frente a su utilización abusiva por parte de quienes quieren subvertir su sentido. Así, por ejemplo, si las leyes de algunos países establecen ciertas inhabilidades para el desempeño simultáneo o sucesivo de cargos específicos, en algunos se ha encontrado la forma de sortearlas mediante subterfugios formales. Y si la Constitución no contempla el referéndum como mecanismo ordinario para la toma de decisiones, pero sí como herramienta excepcional para determinados casos, se busca algún modo de burlar el sentido de las normas para expandir el ámbito de aplicación de la consulta. Es un rasgo característico de las dictaduras populistas la instrumentalización de los espacios e intersticios que necesariamente dejan sin regulación expresa las reglas dictadas para el buen funcionamiento de la democracia.
El actual artículo 71 de la Ley sobre Votaciones y Escrutinios establece que "se considerarán como marcadas y podrán ser objetadas por vocales y apoderados, las cédulas en que se ha marcado claramente una preferencia, aunque no necesariamente en la forma correcta", y también las que contengan, además de la preferencia, "leyendas, otras marcas o señas gráficas que se hayan producido en forma accidental o voluntaria". Según la ley, estas cédulas deben escrutarse a favor del candidato que indique la preferencia, "pero deberá quedar constancia de sus marcas o accidentes en las actas respectivas con indicación de la preferencia que contienen".
En un punto menor, la redacción del texto modificado por la Ley N° 20.568, de 2012, es deficiente -¿qué significa, por ejemplo, que una preferencia "no necesariamente" se haya marcado en la forma correcta?-, pero en caso alguno podría interpretarse en el sentido de que el acta de escrutinio debe dejar constancia del "significado" de las marcas, las cuales pueden haberse provocado accidentalmente o consistir en dobleces erróneos del voto. Sería absurdo suponer que la ley obliga a los vocales de mesa a interpretar el significado de las marcas con el fin de identificar una preferencia distinta de lo que la cédula pregunta, o una manifestación adicional y ajena al voto, para luego consignar un recuento de tales expresiones en el acta de escrutinio.
Este punto menor pudo haber dado pie para que una carta del presidente del Consejo Directivo del Servicio Electoral dirigida al llamado "Movimiento Ciudadano Marca tu voto"-que propicia marcar las papeletas con las letras AC, esto es, "Asamblea constituyente"- pudiere entenderse en el sentido de que los vocales de mesa deberían proceder a escrutar tales marcas.
Afortunadamente, de inmediato el Servel, aplicando correctamente las normas legales, ha aclarado que no se requerirá a los vocales la transcripción en las actas del detalle de marcas que eventualmente contemplen algunos votos emitidos. Ellos deben dejar constancia en el acta de la existencia de marcas o accidentes en el voto, pero eso no supone, en caso alguno, realizar un escrutinio o transcripción de tales marcas, leyendas o señas, "toda vez que la ley no contempla esta posibilidad".
Esta interpretación es, además, la única compatible con el buen funcionamiento de la democracia. Si -en un ejercicio virtualmente imposible- el escrutinio de los votos tuviera que contabilizar cualquier consigna o eslogan que se proponga por los diversos grupos políticos o de interés, cada elección se convertiría en una consulta heterogénea y masiva, pero no democrática, pues estaría digitada precisamente por quienes no cuentan con el respaldo ciudadano para utilizar los cauces que ofrece la democracia representativa.