Hay programas de entretención que pueden ir más allá, que junto con la liviandad pueden cumplir una misión. Es el caso de "Sueño XL", el nuevo docurreality de Canal 13. La lucha de un grupo de obesos mórbidos por bajar kilos en un país donde el 65% de la población tiene sobrepeso está lejos de ser un freak show . Esos 800 hombres y mujeres que hace un año llegaron a participar en el casting del espacio no son fenómenos, están cada día más cerca de ser la regla que la excepción. Ese contexto bien justifica la emisión de imágenes impactantes de los procesos de la lucha contra la obesidad.
El capítulo debut se centró en Patricia Pérez, de 33 años, 160 kilos y con problemas de movilidad. Animada por la conducción de Karla Constant y el entrenador René O'Ryan, abrió su intimidad para dar a conocer su insalubre alimentación, su relación con un marido que prefería sobrealimentarla a discutir y sus fracasos al hacer dieta o ejercitar.
Patricia se desplaza por una piscina cargando una bandeja con papas fritas como si fuera una pesa imposible de sostener, su esposo mete las manos en una palangana llena de grasa para sentir lo que él la ayuda a comer. El rechazo, casi en forma conductista, se instala con el poder gráfico de la televisión. Los protagonistas sufren hasta las lágrimas con su adicción y se emocionan cuando ganan el derecho a una operación.
"Sueño XL" tiene problemas narrativos al ajustar los tiempos reales del proceso con los de la TV. Por ejemplo, redunda en acentuar "situaciones inesperadas" que se ven artificiales o perdona el no cumplimiento de metas y termina acelerando la llegada de un bypass gástrico. Pero, tal como sucede en la lucha contra toda adicción, esas caídas son propias del camino hacia la rehabilitación. Lo dijo Patricia al momento de subir a la pesa para registrar su resultado final (80 kilos): si este programa logra remover la conciencia de una sola persona, bastará.