Solistas, coro y orquesta de la Usach, bajo la dirección de Nicolas Rauss, interpretaron el miércoles un programa dedicado a Beethoven.
El conjunto abandonó la amable acústica de su espacio natural, el Aula Magna de la Usach, y se trasladó al GAM, sala apta para música de cámara, pero de sonido agreste cuando se trata de conjuntos mayores. Las sonoridades sinfónicas beethovenianas, que como toda su música hace primar la Idea por sobre las finezas tímbricas, resultaron bombásticas, lo que se evidenció desde el inicio de la Obertura "Las Criaturas de Prometeo", aunque la orquesta pareció aclimatarse en el resto del concierto.
La Romanza opus 50, para violín y orquesta, contó con Alejandra Urrutia como solista. Aunque la obra no está concebida para lucimiento virtuoso, su elegante melodismo exige una entrega muy expresiva. La solista fue correcta, pero inició su cometido algo desmayadamente, adquiriendo confianza y calidez en el progreso del discurso.
Grata sorpresa fue la soprano Carolina Gammelstorff interpretando "Ah, perfido", con texto de Metastasio, exigente pieza que pone a prueba las capacidades vocales y dramáticas de la solista. La soprano plasmó los afectos del Recitativo, aria y cabaletta con absoluta propiedad, exhibiendo un color parejo, hermosos agudos y dominio total de sus líneas. Nos la podríamos imaginar en un rol mozartiano, dados el color y la plasticidad de su canto.
La fría recepción de la Misa opus 86 (1807) por parte del príncipe Nikolaus Esterhazy, que la encargó, hizo que el propio Beethoven se distanciara de ella en un acto de injusticia consigo mismo, dadas las múltiples cualidades y originalidades de la composición. La versión fue contundente y solo cabría reparar los tempi algo rápidos del Kyrie -que tiene la ambigua indicación Andante con moto assai vivace quasi Allegretto ma non troppo (¡!)- y de la sección central del Credo , que restó ternura y tragedia, respectivamente. Un solvente cuarteto de solistas integrado por la soprano Carolina Gammelstorff, la mezzo María José Uribarri, el tenor Iván Rodríguez y el bajo Nelson Durán se unió al Coro Madrigalista de la UMCE (directora Ruth Godoy) y al Coro Usach (director Santiago Marín), que en una feliz alianza evidenciaron disciplina, expresividad y brillante sonido. Rauss condujo con el sólido profesionalismo que es el sello de sus conciertos.